El auge de los vehículos eléctricos está transformando la industria automotriz, especialmente en el mantenimiento y los sistemas mecánicos.
Los sistemas de frenos tradicionales están siendo reemplazados por el innovador freno regenerativo. Esta tecnología permite que el motor eléctrico funcione como generador durante la desaceleración, convirtiendo la energía cinética en energía eléctrica que se almacena en la batería del vehículo.
Los beneficios clave del freno regenerativo incluyen:
Eficiencia energética: Mejora la eficiencia energética del vehículo al recuperar energía que de otro modo se perdería como calor, aumentando la autonomía.
Reducción del desgaste: Menor dependencia de los frenos mecánicos reduce el desgaste de componentes como pastillas y discos de freno, disminuyendo los costos de mantenimiento y prolongando su vida útil.
Menos emisiones: Los frenos mecánicos generan partículas finas dañinas. La frenada regenerativa minimiza su uso, contribuyendo a reducir las emisiones de partículas.
Esta tendencia está ganando impulso, con prototipos como el DS E-Tense Performance que eliminan completamente los frenos mecánicos, confiando únicamente en la regeneración de energía para la potencia de frenado.