La aclamada actriz Nicole Kidman y el reconocido intérprete de música country Keith Urban han puesto punto final de manera oficial a su matrimonio, una unión que se extendió por casi dos décadas. La pareja formalizó la disolución de su vínculo con la presentación de los documentos de divorcio el pasado 30 de septiembre de 2025. Fue Kidman quien tomó la iniciativa para solicitar el rompimiento legal, citando en los expedientes judiciales la existencia de «diferencias irreconciliables» como el motivo fundamental para la separación. A pesar de la tristeza inherente al cese de su relación conyugal, el proceso de divorcio se caracterizó por un notable grado de consenso mutuo en los aspectos cruciales. Esta cooperación fue clave para evitar las prolongadas y a menudo amargas batallas legales que suelen acompañar a las separaciones de alto perfil.
El eje central de la negociación y el acuerdo final giró en torno a la elaboración de un plan de custodia parental meticulosamente detallado para sus dos hijas, Sunday Rose, de 17 años, y Faith Margaret, de 14 años. Conforme a lo estipulado y aprobado por la corte, Kidman ha sido designada como la «guardiana principal». Este estatus implica que las menores residirán con la actriz durante la mayor parte del año, específicamente 306 días. Por su parte, el cantante Keith Urban mantendrá la custodia de sus hijas durante los 59 días restantes del calendario anual, asegurando que ambos padres sigan desempeñando roles activos y significativos en la crianza de las adolescentes. La precisión en la distribución de los días subraya el compromiso de ambos por establecer una rutina clara y predecible para Sunday Rose y Faith Margaret.
En lo referente a las obligaciones económicas, se ha informado que ambas partes decidieron renunciar a cualquier solicitud de manutención conyugal o pensión alimenticia para los hijos como parte del acuerdo de liquidación. Esta decisión simplificó considerablemente el aspecto financiero del divorcio, permitiendo un cierre más rápido. Adicionalmente, y como requisito legal dentro del marco del acuerdo, los ex cónyuges se comprometieron formalmente a completar un seminario obligatorio sobre pautas de crianza. Este curso educativo debe ser finalizado dentro de un plazo de 60 días a partir de la fecha de presentación de la solicitud de divorcio. Dicha medida busca garantizar que, a pesar de la separación, ambos mantengan una perspectiva unificada y constructiva en su rol como padres.
La finalización de este matrimonio de 19 años marca un cambio significativo en la vida de dos de las figuras más reconocidas del entretenimiento global. Sin embargo, la forma en que manejaron la separación, priorizando la estabilidad de sus hijas y resolviendo los asuntos legales con celeridad y respeto, establece un precedente de madurez. La rapidez y la naturaleza consensuada del proceso demuestran que, incluso después de citar «diferencias irreconciliables», Kidman y Urban lograron encontrar un terreno común para asegurar el bienestar futuro de Sunday Rose y Faith Margaret. Este acuerdo final permite a ambos artistas pasar página y concentrarse en sus carreras y en la co-parentalidad efectiva, manteniendo la calma y la discreción que siempre caracterizó su vida familiar.