El actor Brad Pitt, de 61 años, y la empresaria Inés de Ramón, de 32, han formalizado un paso significativo en su relación al establecer una residencia compartida a lo largo de 2025. Este avance se produce después de tres años de noviazgo, marcando un enfoque claro en la construcción de un hogar conjunto. La estabilidad que proyecta la pareja refleja una decisión consciente de forjar un camino común, dejando atrás las complejidades del pasado.
Los primeros indicios públicos de su vínculo surgieron en noviembre de 2022, cuando fueron vistos juntos en un concierto de U2. Su debut oficial en la alfombra roja se concretó en septiembre de 2024, durante el Festival de Cine de Venecia. Desde entonces, su presencia ha sido constante, incluyendo la asistencia a la presentación mundial de la película de Pitt inspirada en la Fórmula 1 en Nueva York el 16 de junio de 2025. En mayo de 2025, Pitt ofreció una visión limitada de su vida con De Ramón, manteniendo ambos una reserva sobre los detalles íntimos.
Fuentes cercanas a la pareja señalan que la sencillez de De Ramón es un pilar en la armonía que disfrutan. Este desarrollo se percibe como un nuevo anclaje para el actor, especialmente tras la finalización de su largo proceso de divorcio con Angelina Jolie el 30 de diciembre de 2024. Se ha revelado que Inés influyó en la decisión de Pitt de llegar a un acuerdo, buscando construir un futuro libre del peso de esa disputa legal. De Ramón, quien también ejerce como vicepresidenta de la firma de joyería Anita Ko, demostró ser un apoyo incondicional, destacando su presencia durante el duelo de Pitt tras el sensible fallecimiento de su madre, Jane Etta Pitt, el 5 de agosto pasado.
En paralelo a esta consolidación personal, Pitt tomó la determinación de desprenderse de su casa en Los Ángeles, lo que subraya su enfoque en edificar este nuevo capítulo. La trayectoria de su romance, que inició discretamente, ha evolucionado hacia una integración total en la vida diaria. Se reporta que Inés ya está incluida en los planes de viaje y en la rutina cotidiana de Pitt, lo que sugiere una visión compartida del futuro. Este avance hacia la convivencia total indica que ambos están alineados en proyectar metas a mediano plazo, consolidando un vínculo que se percibe como profundo y duradero.