La capital peruana, Lima, se convirtió en el punto focal de la discusión sobre salud pública al acoger el VII Curso Internacional sobre Nutrición, Actividad Física y Salud. Este encuentro trascendental tuvo como objetivo principal revisar y actualizar los enfoques existentes para la prevención y el control de la obesidad, una enfermedad que ha alcanzado proporciones críticas en el país andino. La estadística es contundente: el 24,1% de la población adulta peruana padece esta afección, lo que incrementa de manera directa la probabilidad de desarrollar patologías crónicas como la diabetes y la hipertensión.
Un pilar fundamental del programa del foro fue la incorporación de metodologías científicas de vanguardia. Los asistentes dedicaron tiempo a debatir la influencia de la Inteligencia Artificial (IA) en la optimización de los regímenes de actividad física, así como los avances más recientes en la técnica de impedancia bioeléctrica. La bioimpedanciometría, reconocida como un método de diagnóstico clave, ofrece la capacidad de evaluar con mayor exactitud la composición corporal de los pacientes, permitiendo así una personalización más efectiva de las intervenciones terapéuticas.
La problemática del sobrepeso en la región exige una atención prioritaria, ya que está intrínsecamente ligada a un amplio espectro de enfermedades crónicas no transmisibles (ENT). Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan la magnitud del desafío global, indicando que estas dolencias son responsables del 74% del total de fallecimientos anuales en el mundo. En el contexto peruano, se observa además la paradoja de la «doble carga de la malnutrición»: a la par del aumento de la obesidad en adultos, se documenta en las mismas poblaciones la presencia de déficit calórico y anemia infantil, lo que subraya una deficiencia estructural en la gestión alimentaria.
Las proyecciones futuras para el conjunto de América Latina son motivo de gran inquietud: se estima que en el transcurso de los próximos veinticinco años, cerca del 80% de los habitantes de la región presentará sobrepeso u obesidad. Este desafío sanitario ejerce una presión económica considerable. Se calcula que las ENT podrían ocasionar una disminución de 7,3 billones de dólares en el Producto Interno Bruto (PIB) de Sudamérica durante el periodo comprendido entre 2020 y 2050.
Ante este panorama alarmante, los expertos reunidos en la capital peruana concentraron sus esfuerzos en la articulación de estrategias preventivas de carácter multidisciplinario. Existe un consenso claro sobre la preeminencia del estilo de vida y los factores ambientales en la etiología de la obesidad. Los especialistas enfatizaron que estos elementos desempeñan un papel dominante, incluso superior al de la predisposición genética, en la manifestación de esta condición de salud, marcando la pauta para futuras políticas de salud pública en la región.