El servicio de streaming Netflix estrenó en octubre de 2025 la esperada adaptación cinematográfica del éxito de ventas de Ruth Ware de 2016, el thriller psicológico titulado «La mujer del camarote número 10». Bajo la dirección de Simon Stone, la narrativa se desarrolla a bordo del lujoso yate «Aurora Borealis», un escenario donde la línea divisoria entre lo que es real y la alucinación se vuelve peligrosamente difusa. La película se adentra en la desconfianza hacia la propia percepción y examina los mecanismos del gaslighting que asedian a la protagonista.
La trama se centra en Lo Blacklock, una periodista interpretada por Keira Knightley. Lo viaja para cubrir el viaje inaugural de la embarcación, propiedad del magnate Richard Bulmer (Guy Pearce) y su esposa, Anne. La tensión aumenta vertiginosamente cuando Lo presencia cómo un cuerpo es arrojado por la borda desde el camarote contiguo, el número 10. Sin embargo, pronto se descubre que la mujer en cuestión no figura en la lista oficial de pasajeros. Este suceso obliga a la heroína a luchar no solo contra una posible conspiración externa, sino también contra su propia fragilidad emocional, ya que un trauma pasado pone en tela de juicio su cordura ante los ojos de los demás.
El elenco de apoyo incluye talentos como Hannah Waddingham, Gugu Mbatha-Raw y el ya mencionado Guy Pearce. A pesar de contar con un reparto sólido y una ejecución técnicamente competente, las primeras reseñas de la crítica han sido moderadas. Las puntuaciones en los agregadores, notablemente en Rotten Tomatoes, reflejan una acogida tibia: obtuvo un 27% de la crítica especializada y un 33% por parte de la audiencia. No obstante, muchos comentaristas destacaron la convincente actuación de Knightley, quien soporta gran parte de la carga emocional del largometraje, así como la atmósfera general lograda en la producción.
La versión cinematográfica introdujo modificaciones sustanciales en comparación con la novela original. En el libro, el personaje de Lo estaba más afectado por el trauma y era más propenso al alcohol, lo que la establecía como una narradora menos fiable. En contraste, en la película, su imagen inicial es más compuesta. Adicionalmente, el desenlace de la cinta ofrece una resolución más definida del conflicto y pone énfasis en la sororidad femenina, distanciándose del texto literario que optaba por una mayor ambigüedad. Visualmente, la película se beneficia de la opulencia de los escenarios del yate, grabados en locaciones pintorescas como las inmediaciones de la finca Glen Affric en las Tierras Altas de Escocia, generando un poderoso contraste con la creciente sensación de claustrofobia.
La audiencia no solo es invitada a seguir una intriga detectivesca, sino también a reflexionar sobre cómo las circunstancias externas actúan como un espejo del estado interior del individuo. La experiencia de que nadie crea en tus palabras se convierte en un catalizador para una profunda revisión de las propias convicciones. Esta película, disponible en Netflix, invita a la meditación sobre si el crimen fue un hecho tangible o si, por el contrario, fue el reflejo de la confusión interna de la protagonista, quien necesitaba alcanzar una mayor claridad y fortaleza personal.