Balenciaga y Alaïa: La Arquitectura de la Forma en el Museo del Textil de Prato

Editado por: Екатерина С.

El Museo del Textil en Prato ha inaugurado una significativa exposición titulada «Azzedine Alaïa y Cristóbal Balenciaga. Escultores de la Forma». Esta retrospectiva, programada para cautivar al público desde el 25 de octubre de 2025 hasta el 3 de mayo de 2026, rinde homenaje a dos gigantes de la alta costura. Su trabajo revolucionó los cánones de la moda, destacando una obsesión compartida por la perfección constructiva. La idea de fusionar el legado de estos dos modistos franceses, quienes nunca se conocieron en persona, fue inicialmente propuesta por Hubert de Givenchy ya en 2018.

La curaduría de este ambicioso proyecto recayó en Olivier Saillard, quien previamente había presentado el concepto en 2020 en la Fundación Azzedine Alaïa en París. Con motivo del 50º aniversario de la Fundación Museo del Textil, la muestra ha viajado por primera vez a territorio italiano, instalándose en los históricos salones de la antigua fábrica Campolmi.

El corazón de la exposición lo componen cincuenta atuendos procedentes del archivo de la Fundación Azzedine Alaïa: veinticinco creaciones de cada maestro. Estas piezas ilustran su visión común sobre la arquitectura del corte y el énfasis en la silueta femenina. Además, se exhiben doce bocetos originales del archivo de Balenciaga en París, que datan del periodo comprendido entre 1950 y 1968, ofreciendo una visión íntima de su proceso creativo.

Se presta especial atención a la selección de materiales. Junto al punto (tricotaje) predilecto de Alaïa, se encuentran los tejidos distintivos de Balenciaga, particularmente el innovador «gazar». Este material, desarrollado por el propio Cristóbal Balenciaga en colaboración con la firma Abraham en 1958, es célebre por su capacidad para mantener la forma, casi como si fuera arcilla. Esta cualidad permitió al modisto vasco crear volúmenes antes impensables.

Balenciaga, considerado un genio por contemporáneos como Christian Dior y Hubert de Givenchy, utilizó el gazar para dar vida a formas arquitectónicas, incluyendo los icónicos vestidos de novia trapezoidales de 1967 y 1968. Un detalle fascinante es que, tras el cierre de la Casa Balenciaga en 1968, el joven Alaïa tuvo la oportunidad de seleccionar una parte de las creaciones del Maestro, un evento que cimentó su profundo respeto por la historia de la moda.

La muestra revela cómo Alaïa, último costurero en dominar todas las etapas de la confección, se inspiró en la maestría arquitectónica del corte de Balenciaga, ejemplificada en sus chaquetas y boleros de 1938 y 1940. La exposición, que cuenta con el patrocinio de la Embajada de Francia en Italia, examina cómo estos dos creadores, sin haberse conocido, convergieron en un lenguaje escultórico aplicado a la indumentaria, confirmando que la verdadera maestría transforma la materia en una forma perdurable que sigue siendo una fuente inagotable de inspiración.

Fuentes

  • ANSA.it

  • Beatrice Brandini Blog

¿Encontró un error o inexactitud?

Consideraremos sus comentarios lo antes posible.