Edimburgo, Escocia, 7 de noviembre de 2024 - Una iniciativa de investigación integral de 25 años ha proporcionado importantes conocimientos sobre el envejecimiento cerebral y el rendimiento cognitivo. Los hallazgos publicados en Genomic Psychiatry revelan que aproximadamente la mitad de la variabilidad en las puntuaciones de las pruebas de inteligencia en la edad avanzada está relacionada con las habilidades cognitivas establecidas en la infancia, desafiando las visiones tradicionales sobre el desarrollo cerebral.
El profesor Ian Deary y el Dr. Simon Cox de la Universidad de Edimburgo llevaron a cabo el estudio, utilizando datos de las Cohortes de Nacimiento de Lothian (LBC) que siguieron las habilidades cognitivas de los participantes desde la infancia hasta sus ochenta años. “Lo que es particularmente fascinante es que, incluso después de siete décadas, encontramos correlaciones de aproximadamente 0.7 entre las puntuaciones cognitivas de la infancia y las de la edad avanzada”, declaró el profesor Deary.
La investigación destaca varios hallazgos clave: el envejecimiento cerebral varía significativamente entre individuos de la misma edad, los patrones de metilación del ADN pueden predecir el riesgo de mortalidad, y una mayor inteligencia en la infancia se correlaciona con mejores tasas de supervivencia. Además, el estudio indica que la genética afecta la inteligencia de diferentes maneras durante la infancia y más adelante en la vida.
Utilizando técnicas de imagen avanzadas, los investigadores descubrieron variaciones sustanciales en la salud cerebral entre pares de edades similares, planteando preguntas sobre factores modificables que influyen en estas diferencias. El Dr. Cox comentó: “Hemos aprendido que lo que a menudo asumimos como 'causas' del declive cognitivo en la edad avanzada son a veces en realidad 'resultados' de diferencias cognitivas anteriores.” Esta perspectiva podría remodelar los enfoques de las intervenciones en salud cerebral.
Las investigaciones futuras explorarán cómo las habilidades cognitivas tempranas influyen en las decisiones de estilo de vida que afectan la salud cerebral, el papel de los factores ambientales en el mantenimiento de las habilidades cognitivas y el potencial de intervenciones en la mediana edad para preservar la función cognitiva a medida que las personas envejecen.