Un estudio revolucionario ha revelado preocupantes hallazgos sobre la toxicidad de las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), comúnmente conocidas como "químicos eternos". Realizado por investigadores de la Universidad de Buffalo y el Helmholtz Centre for Environmental Research en Leipzig, Alemania, el estudio destaca que la toxicidad colectiva de las mezclas de PFAS es significativamente mayor que la de los componentes individuales.
Publicado el 11 de octubre de 2024 en la revista Environmental Science & Technology, esta investigación enfatiza la necesidad urgente de reevaluar las regulaciones ambientales en torno a estos contaminantes persistentes. Las PFAS se han utilizado ampliamente en productos de consumo que van desde utensilios de cocina antiadherentes hasta cosméticos durante décadas y permanecen en el medio ambiente durante cientos o miles de años.
La investigadora principal, Karla Ríos-Bonilla, señaló: "Aunque son estructuralmente similares, no todos los químicos eternos son iguales -- algunos son más potentes, otros menos." Los hallazgos del estudio indican que, aunque los PFAS individuales pueden parecer mínimamente tóxicos, sus efectos combinados pueden llevar a una mayor citotoxicidad y neurotoxicidad.
Las implicaciones de esta investigación son profundas. Con PFAS detectados en el 45% del agua potable de EE. UU. y vinculados a problemas de salud graves como cáncer y trastornos del desarrollo neurológico, comprender su comportamiento en mezclas es crucial para la salud pública. Diana Aga, directora del Instituto RENEW de la UB, enfatizó la importancia de evaluar estos productos químicos como mezclas en lugar de aisladamente.
Los investigadores crearon mezclas de PFAS que reflejan los niveles promedio encontrados en el suero sanguíneo estadounidense y en las aguas superficiales de EE. UU., revelando que el ácido perfluorooctanoico (PFOA) fue un contribuyente predominante a la toxicidad. Curiosamente, un análisis de muestras de biosólidos de una planta de tratamiento de aguas residuales municipal mostró altos niveles de toxicidad a pesar de bajas concentraciones de PFAS conocidos.
A medida que la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. solo ha comenzado a regular recientemente un puñado de PFAS de más de 15,000 variedades, este estudio señala una necesidad urgente de más investigación y regulación integral. Beate Escher del Helmholtz Centre enfatizó: "Las mezclas presentan más riesgo que los PFAS individuales. Como actúan y ocurren en mezclas, deberían ser reguladas como tales."
Esta investigación no solo aumenta la conciencia sobre los peligros de los PFAS, sino que también ofrece promesas para mejorar los esfuerzos de remediación. Al utilizar ensayos de toxicidad junto con química analítica, los investigadores pueden abordar mejor las complejidades de los sitios contaminados, con el objetivo de proteger la salud y seguridad pública.