Los hallazgos arqueológicos recientes en la antigua ciudad de Sagalassos, en el suroeste de Turquía, han proporcionado nuevas pruebas sobre cómo los habitantes utilizaban un complejo de baños públicos romanos, arrojando luz sobre sus rutinas diarias y sus interacciones sociales. Los fragmentos de botellas de vidrio y frascos de arcilla analizados químicamente revelaron rastros de aceites y sustancias cosméticas, lo que sugiere que estos materiales se utilizaban para la higiene personal, masajes y rituales de belleza durante el período romano.
El complejo en sí, que data del reinado del emperador Augusto (27 a. C. – 14 d. C.), incluía áreas especializadas para agua caliente, templada y fría, junto con sofisticados canales de agua y sistemas de calefacción por suelo radiante, destacando las avanzadas técnicas romanas de arquitectura y planificación urbana.
Los análisis químicos realizados en los fragmentos de botellas de vidrio y frascos de arcilla detectaron la presencia de aceites y residuos cosméticos. Estos hallazgos indican con fuerza que estas sustancias probablemente se utilizaban para la higiene personal, masajes terapéuticos y rituales de embellecimiento. El diseño sofisticado del baño presentaba áreas distintas para agua caliente, templada y fría, apoyadas por un avanzado sistema de calefacción por suelo radiante y canales de agua intrincados, demostrando la capacidad avanzada de los romanos en arquitectura y planificación urbana.
El profesor Jeroen Poblome, de la Universidad KU Leuven, enfatizó el tamaño considerable del baño en relación con el asentamiento, señalando su accesibilidad a personas de todas las clases sociales. Observó que los visitantes solían llevar pequeños recipientes y moverse entre las diferentes secciones del complejo para relajarse. Poblome declaró: «El baño era un espacio social para la gente. Además de su uso para la limpieza y los baños rituales, acudían allí para la interacción social, para pasar tiempo juntos, para verse y ser vistos».
Las pruebas, incluida la recuperación de un pasador para el cabello, sugieren que mujeres y niños también utilizaban los baños en horarios específicos, destacando la naturaleza inclusiva de este espacio comunitario. Los habitantes de Sagalassos parecen haber valorado altamente la higiene personal y el uso de instalaciones compartidas. Los investigadores sugieren que este énfasis en la limpieza pudo haber contribuido a una menor incidencia de parásitos y gusanos en comparación con otras regiones del mundo romano, y posiblemente a una mayor esperanza de vida dentro de la ciudad, aunque faltan datos estadísticos directos.
El objetivo del equipo arqueológico es reconstruir los matices de la vida diaria, yendo más allá de los grandes relatos históricos. El baño de Sagalassos se erige como un testimonio de la apreciación romana por el bienestar y la comunidad. La presencia de materiales cosméticos y aceites apunta a una cultura que abrazaba el cuidado personal y las experiencias compartidas. La propia estructura de los baños, con sus salas de distintas temperaturas y su ingeniería sofisticada, refleja una sociedad que priorizaba tanto la salud física como la cohesión social. Las excavaciones en curso continúan iluminando el rico tapiz de la vida en esta antigua ciudad, ofreciendo una ventana única a la civilización romana.