Un equipo de arqueólogos subacuáticos ha localizado los restos de la goleta de tres mástiles F.J. King, que se hundió en el Lago Michigan frente a la costa de Wisconsin en 1886. El descubrimiento, anunciado por la Sociedad Histórica de Wisconsin y la Asociación de Arqueología Subacuática de Wisconsin, pone fin a una búsqueda de décadas y arroja luz sobre la rica historia marítima de la región. El F.J. King, construido en Toledo, Ohio, en 1867, era un buque de tres mástiles con una eslora de 44 metros, diseñado para el transporte de mineral de hierro. Su último viaje ocurrió en el invierno de 1886, cuando una violenta tormenta con vientos fuertes y olas de hasta 3 metros causó daños irreparables en el casco. A pesar de los esfuerzos del capitán William Griffin y su tripulación por salvar la embarcación, el F.J. King sucumbió a las aguas del Lago Michigan, hundiéndose en la noche del 15 al 16 de septiembre de 1886. La tripulación fue rescatada por el bergantín La Petite.
El naufragio fue localizado el 28 de junio de 2025, después de una exhaustiva búsqueda que abarcó un área de aproximadamente 5 kilómetros cuadrados. Liderado por el investigador Brandon Baillod, el equipo utilizó tecnología de escaneo sonar para rastrear el lecho del lago. El casco del F.J. King se encontró en un estado de preservación notable, sentado verticalmente y en gran parte intacto, lo cual es inusual para embarcaciones de esa época cargadas con mineral de hierro. Este hallazgo es significativo, ya que los naufragios de este período son escasos en los Grandes Lagos y muchos permanecen sin descubrir.
Este descubrimiento se suma a otros hallazgos recientes en la región, como el vapor L.W. Crane y el remolcador John Evenson, lo que subraya la importancia de la arqueología subacuática en la preservación del patrimonio cultural marítimo. La Asociación de Arqueología Subacuática de Wisconsin ha sido fundamental en la identificación de varias embarcaciones en los últimos años, enriqueciendo nuestra comprensión de la navegación en los Grandes Lagos. Sin embargo, la preservación de estos vestigios históricos enfrenta desafíos considerables, como la amenaza de especies acuáticas invasoras, incluido el mejillón cebra, que pueden adherirse a los cascos y erosionar gradualmente el metal y el hierro.
La búsqueda del F.J. King había sido infructuosa durante décadas, con informes contradictorios sobre su ubicación exacta, lo que le valió la reputación de "barco fantasma". El equipo de Baillod, utilizando datos históricos y tecnología avanzada, logró identificar el naufragio a menos de un kilómetro de la ubicación reportada por un farero en el siglo XIX. El hallazgo ha generado entusiasmo en la comunidad de historiadores marítimos y se planea nominar el sitio para su inclusión en los Registros Estatales y Nacionales de Lugares Históricos.