Un puente cósmico de gas: El fenómeno que revela la redistribución de materia entre galaxias

Editado por: Uliana S.

Astrónomos australianos han documentado un fenómeno gaseoso de proporciones cósmicas y sin precedentes, el cual ofrece una perspectiva fundamentalmente renovada sobre la dinámica y la interconexión de las estructuras cósmicas. Investigadores especializados del Centro Internacional de Investigación de Radioastronomía (ICRAR), una entidad clave adscrita a la prestigiosa Universidad de Australia Occidental, lograron identificar y mapear un extenso y tenue filamento compuesto de hidrógeno neutro. Esta estructura gaseosa se ha revelado como un vínculo directo y material que une a dos galaxias enanas específicas: NGC 4532 y DDO 137. Es importante destacar que estos cuerpos celestes se encuentran a una distancia considerable de la Tierra, estimada en aproximadamente 53 millones de años luz, lo que subraya la magnitud de este descubrimiento intergaláctico.

La magnitud de la estructura descubierta es asombrosa y desafía las concepciones previas sobre la interacción galáctica. El filamento de hidrógeno en sí mismo se extiende a lo largo de 185.000 años luz. Lo que resulta aún más notable es que de este filamento principal emana una gigantesca «cola» de gas que alcanza la impresionante cifra de 1,6 millones de años luz, posicionando a toda la formación como una de las más vastas y extendidas jamás registradas en el universo. El profesor Lister Staveley-Smith, quien lideró el equipo científico, comparó este proceso de estiramiento con una versión cósmica de la desintegración de un satélite al reingresar a la atmósfera terrestre, con la crucial diferencia de que este proceso de arrastre y elongación se prolongó durante un lapso de tiempo de mil millones de años. Este suceso ilustra vívidamente cómo las fuerzas externas logran redistribuir y moldear la materia a través del espacio cósmico.

Las interacciones gravitacionales mutuas entre las propias galaxias jugaron, sin duda, un papel crucial en la configuración y el estiramiento de esta gigantesca estructura. Sin embargo, también fue determinante la presión dinámica generada por el medio denso circundante: una vasta nube de gas caliente que envuelve al masivo Cúmulo de Virgo. El movimiento constante de las galaxias a través de este entorno, cuya temperatura se calcula que es 200 veces superior a la de la superficie solar, provocó el violento proceso de «extracción» y el consecuente calentamiento del gas. El profesor Kenji Bekki subrayó la importancia crítica de comprender esta redistribución del hidrógeno, ya que este elemento fundamental no es otra cosa que el combustible esencial que alimenta la formación de nuevas estrellas en el cosmos.

Este hallazgo trascendental fue posible gracias a la tecnología de vanguardia empleada en el marco del proyecto WALLABY (Widefield ASKAP L-band Legacy All-sky Blind Survey). La investigación dependió crucialmente del radiotelescopio ASKAP, una herramienta avanzada gestionada por la organización científica CSIRO. El objetivo principal del proyecto WALLABY es llevar a cabo un cartografiado exhaustivo del hidrógeno neutro (HI) en vastas regiones del cielo austral, con la ambición de abarcar y analizar alrededor de 200.000 galaxias. Este tipo de trabajo proporciona una visión mucho más profunda sobre la distribución del gas, ofreciendo información esencial sobre la evolución galáctica que a menudo es inaccesible mediante las observaciones ópticas tradicionales. Los científicos resaltan que este sistema particular de interacción gaseosa presenta similitudes notables con el proceso conocido entre nuestra propia Vía Láctea y las Nubes de Magallanes, lo que brinda una oportunidad excepcional para estudiar los mecanismos detallados de la dinámica del gas que, históricamente, pudieron haber tenido lugar en nuestro propio Grupo Local.

Fuentes

  • Tom's Hardware

  • EarthSky

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