La Tormenta Amy, la primera en recibir nombre de la temporada 2025/26, tocó tierra el 3 de octubre de 2025, provocando vientos severos y lluvias torrenciales en el Reino Unido e Irlanda. La rápida intensificación de la tormenta en el Atlántico, influenciada por los remanentes de los huracanes Humberto e Imelda y una fuerte corriente en chorro, generó amplias alertas meteorológicas de color ámbar y amarillo en las regiones afectadas.
En Escocia, las ráfagas de viento alcanzaron hasta 160 km/h en áreas expuestas, lo que resultó en cierres generalizados de puentes y carreteras intransitables debido a la caída de árboles e inundaciones. Los servicios ferroviarios sufrieron suspensiones masivas. En Irlanda, la tormenta tuvo un impacto devastador, cobrándose una vida en el condado de Donegal. Tommy Connors, de 40 años, falleció tras una caída de un tejado de cobertizo durante una alerta meteorológica roja. Aproximadamente 234.000 hogares perdieron el suministro eléctrico, y se aconsejó a los residentes que buscaran refugio. En total, aproximadamente 234.000 propiedades en Irlanda e Irlanda del Norte se quedaron sin electricidad.
La tormenta también estableció un nuevo récord provisional de ráfagas de viento en octubre para Irlanda del Norte, con vientos de 148 km/h medidos en Magilligan, Condado de Londonderry. La presión atmosférica más baja registrada en el Reino Unido para octubre se estableció durante la Tormenta Amy, con una presión central de 947,9 hectopascales (hPa) en Baltasound, Shetland, superando el récord anterior de 950,9 hPa en 1988. La infraestructura de transporte sufrió graves interrupciones, con cancelaciones de vuelos, servicios de ferry y suspensiones de trenes. En Dublín, se cancelaron 58 vuelos y nueve vuelos entrantes fueron desviados.
Los parques reales de Londres, incluido Hyde Park y Richmond Park, se cerraron el sábado debido a los fuertes vientos. La Tormenta Amy es un recordatorio de la fuerza impredecible de la naturaleza y de la importancia de la preparación y la resiliencia ante condiciones meteorológicas extremas. La rápida respuesta de los servicios de emergencia y las empresas de servicios públicos fue crucial para mitigar los efectos y comenzar el proceso de recuperación, aunque se advirtió que la restauración completa del suministro eléctrico podría llevar varios días en las zonas más afectadas. Hasta el mediodía del 4 de octubre, aproximadamente 49.000 hogares y negocios en Irlanda seguían sin electricidad, y se esperaba que la restauración en las áreas más afectadas, particularmente Donegal, se extendiera hasta principios de la semana siguiente. La tormenta también puso de manifiesto la interconexión de nuestras comunidades, ya que los impactos se sintieron en múltiples países, incluyendo Suecia, Dinamarca y Noruega, donde también causó cortes de energía y daños generalizados.
La temporada de tormentas en Irlanda generalmente abarca de octubre a marzo, con la posibilidad de que comiencen en septiembre y se extiendan hasta abril, siendo la costa oeste la más afectada históricamente. La Tormenta Amy, al ser la primera de la temporada, sirve como un presagio de los desafíos que pueden traer los fenómenos meteorológicos extremos, instando a una vigilancia continua y a la adaptación a un clima cambiante.