El Complejo Volcánico Planchón-Peteroa, ubicado en la frontera entre Chile y Argentina, exhibe una persistente intensificación de su actividad interna, lo que ha motivado la vigilancia constante por parte de organismos como Sernageomin. Esta agitación sísmica se manifiesta con un registro que ha superado los 300 eventos diarios, un indicador de la energía que se está liberando bajo la superficie terrestre. Dicha actividad es analizada como una secuela de una manifestación eruptiva previa ocurrida el 6 de octubre de 2025, episodio durante el cual se proyectó una columna de gases y material piroclástico de hasta un kilómetro de altura y se cuantificó la emisión de 151 toneladas de dióxido de azufre.
Ante este escenario geológico, las autoridades chilenas han resuelto mantener el nivel de alerta técnica en amarillo, medida que ha provocado la emisión de una Alerta Temprana Preventiva para comunas aledañas como Curicó y Teno. Esta precaución se complementa con el establecimiento de un perímetro de exclusión de cuatro kilómetros alrededor del cráter principal, una zona demarcada para minimizar cualquier riesgo potencial para la población. Expertos han señalado que este tipo de comportamiento sísmico, asociado a la dinámica de fluidos y al tremor, ha antecedido ciclos eruptivos anteriores caracterizados por emisiones de ceniza.
El monitoreo satelital ha aportado información adicional relevante, revelando una sutil deformación del terreno en la zona del domo de lava, un dato crucial que sugiere movimientos o recarga de magma subyacente. Esta formación se encuentra inserta en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una región andina con historial recurrente de actividad sísmica y desgasificación a lo largo del último siglo. Las autoridades insisten en la necesidad de una observación activa de los patrones volcánicos, enfatizando que la comprensión y la preparación informada constituyen la defensa más efectiva ante la inmensidad de los procesos naturales.
Recientes reportes, como el del 9 de octubre de 2025, han confirmado pulsos de cenizas y gases que alcanzaron hasta un kilómetro de altura, lo cual se considera coherente con el nivel de alerta amarilla vigente. Los análisis sísmicos indican la persistencia de señales asociadas a la dinámica de fluidos y la posible inyección de nuevos pulsos magmáticos desde sectores profundos, lo que mantiene activo el sistema hidrotermal somero del volcán.
