Un voraz incendio forestal se ha desatado en el departamento de Aude, en el sur de Francia, arrasando más de 16.000 hectáreas y marcando el fuego de vegetación más severo del país en casi 80 años. El Primer Ministro François Bayrou ha calificado el evento como una "catástrofe de escala sin precedentes", subrayando las crecientes amenazas del cambio climático y las condiciones de sequía en la región. Las llamas avanzaron con rapidez, consumiendo bosques y vegetación en 15 municipios del macizo de Corbières. El fuego ha destruido al menos 36 hogares y ha forzado la evacuación de dos campamentos, afectando a aproximadamente 500 personas. La falta de electricidad ha impactado a unas 2.500 familias. Trágicamente, una mujer perdió la vida al negarse a evacuar su hogar, y se reportan 13 heridos, incluyendo 11 bomberos, uno de ellos en estado crítico. Tres personas permanecen desaparecidas.
Cerca de 2.000 bomberos, apoyados por cientos de vehículos y aeronaves de extinción, continúan luchando contra el avance del fuego, que se propaga a una velocidad de hasta 6 kilómetros por hora. La ministra de Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher, ha señalado que este incendio es el más significativo que Francia ha enfrentado desde 1949, año en que un gran incendio cerca de Burdeos consumió 50.000 hectáreas y causó 82 muertes. El Ministerio de Medio Ambiente francés ha indicado que el área quemada en 24 horas equivale a la que los incendios forestales suelen consumir en un año entero. Las condiciones meteorológicas, caracterizadas por altas temperaturas, vientos secos y la falta de precipitaciones recientes, han sido factores determinantes en la rápida propagación del incendio, en una región que ha estado bajo restricciones de uso de agua debido a la sequía. Expertos como Serge Zaka, analista de clima y agricultura, advierten que el riesgo de incendios en el Mediterráneo, y particularmente en Francia, se intensificará con el avance del cambio climático. La Unión Europea ha ofrecido su apoyo, movilizando recursos de rescEU para ayudar en los esfuerzos de contención.