El volcán Kilauea, en la Isla Grande de Hawái, inició su trigésimo primer episodio eruptivo el 22 de agosto de 2025. Las fuentes de lava alcanzan alturas de hasta 30 metros, ofreciendo un espectáculo natural que atrae a visitantes de todo el mundo. La actividad volcánica se mantiene contenida dentro del cráter Halemaʻumaʻu, sin representar una amenaza inmediata para las áreas residenciales.
El Parque Nacional de los Volcanes de Hawái es el epicentro de este fenómeno geológico. Para quienes no pueden visitar el parque, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) transmite en vivo la erupción a través de cámaras estratégicamente ubicadas. En la cosmovisión hawaiana, el cráter Halemaʻumaʻu está intrínsecamente ligado a la diosa del volcán, Pele, y los eventos actuales son interpretados como una manifestación de su poder.
Históricamente, las erupciones del Kilauea han influido significativamente en el entorno natural y la economía local. La acumulación de lava ha transformado paisajes, impactando ecosistemas. Las emisiones de gases volcánicos, como el dióxido de azufre, generan preocupaciones sobre la calidad del aire y la salud pública, creando el fenómeno conocido como "vog" (smog volcánico). El USGS ha emitido advertencias sobre estos peligros, recomendando precauciones como el uso de mascarillas.
La actividad del Kilauea es monitoreada de cerca por las autoridades y el USGS. Se aconseja a los visitantes seguir los senderos marcados y mantenerse informados sobre las condiciones de seguridad. La erupción actual, la número 31 desde diciembre de 2024, se caracteriza por fuentes de lava que alcanzan hasta 30 metros de altura, superando algunas estimaciones de fuentes pasadas que llegaron a más de 300 metros. La cámara V1cam del USGS ha capturado imágenes de estas fuentes que alimentan múltiples corrientes de lava.
El USGS estima que la actividad volcánica comenzó entre el 20 y el 23 de agosto de 2025. La erupción se ha mantenido dentro del cráter Halemaʻumaʻu, dentro del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, sin afectar los aeropuertos comerciales. El parque ha experimentado un aumento en la afluencia de visitantes, con un incremento del 49% en abril en comparación con el año anterior. A pesar de la actividad volcánica, el parque permanece abierto, aunque se advierte sobre posibles retrasos en la entrada y estacionamiento debido a obras de construcción en curso que se espera finalicen en septiembre.
La economía local, fuertemente dependiente del turismo, ha sentido el impacto de estas erupciones. En años anteriores, como en 2018, se registraron pérdidas significativas en ingresos por turismo, estimadas en $415 millones. Sin embargo, la resiliencia de la comunidad y la continua fascinación por estos eventos naturales aseguran que Hawái siga siendo un destino vibrante.