Grecia ha lanzado el programa "BIAS II: Biodiversidad en Sitios Arqueológicos", una iniciativa que se enfoca en la protección de ecosistemas únicos dentro de sus yacimientos históricos. Este programa, que se basa en el éxito de su predecesor, ha revelado que los sitios arqueológicos griegos, ocupando menos del uno por ciento del territorio nacional, albergan el once por ciento de la biodiversidad del país. Este descubrimiento subraya la importancia de estos lugares como santuarios vitales para numerosas especies, consolidando la posición de Grecia como un punto clave de biodiversidad en Europa.
El programa BIAS II cuenta con una inversión de 1.09 millones de euros y representa una expansión significativa de los esfuerzos iniciales. Su metodología combina la investigación ecológica de campo con el estudio de fuentes históricas, arqueológicas y literarias, abarcando desde la antigüedad hasta el siglo XVIII. El objetivo es comprender la profunda conexión entre el entorno natural, el clima, los microecosistemas y la actividad humana a lo largo del tiempo.
La iniciativa se extiende ahora a 35 sitios arqueológicos en toda Grecia, ampliando la red de "islas de vida" que estos lugares históricos ofrecen. Estos yacimientos, testigos de civilizaciones pasadas, se revelan como "islas de vida" y "refugios" esenciales para la flora y la fauna. El programa BIAS I ya había documentado más de 10,460 especies de flora y fauna en 20 sitios emblemáticos, incluyendo la Acrópolis, Olimpia, Delfos y Delos, confirmando su valor ecológico.
La investigación también ha identificado familias de plantas predominantes en estos entornos, como las Fabaceae, Poaceae y Asteraceae, que prosperan en la diversidad de microhábitats que ofrecen las ruinas. La integración de los esfuerzos de conservación con la sostenibilidad de los sitios arqueológicos y su conexión con las comunidades locales es un pilar fundamental del programa, reconociendo que la naturaleza y la cultura están intrínsecamente ligadas.