Los movimientos de la corteza terrestre de Groenlandia durante 26.000 años desafían los modelos simplificados de pérdida de hielo

Editado por: Tetiana Martynovska 17

Una exhaustiva investigación geofísica, que abarca 26.000 años de movimientos horizontales de la corteza de Groenlandia, está impulsando una necesaria reevaluación sobre la forma en que la colosal capa de hielo interactúa con la tierra que la sustenta. Este estudio integral trasciende las observaciones superficiales inmediatas para desvelar las respuestas tectónicas a largo plazo de la región.

Los investigadores fundamentaron este análisis en mediciones de alta precisión recopiladas durante las últimas dos décadas. Utilizaron datos provenientes de 58 estaciones del Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS) estratégicamente distribuidas por toda la isla. Estos puntos de monitoreo fijos rastrean de manera continua la reubicación espacial general de la isla, las sutiles variaciones en la elevación del lecho rocoso y los cambios en la masa de la cubierta de hielo. El hallazgo principal del estudio pone en tela de juicio la simple suposición de que el rápido derretimiento actual del hielo es el único motor de la expansión o estiramiento hacia afuera de la corteza. Por el contrario, la evidencia indica que en regiones significativas, fuerzas tectónicas profundas están activamente atrayendo la corteza hacia adentro, generando un efecto de 'contracción' que compensa parcialmente el rebote esperado hacia el exterior.

Esta dinámica extraordinariamente compleja subraya la inmensa interacción entre los impactos climáticos inmediatos y la inercia geológica profunda. Dado que las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida contienen aproximadamente dos tercios del agua dulce accesible del planeta, cualquier movimiento en esta región reviste una trascendencia global. A esta narrativa tectónica se suma la confirmada aceleración de la pérdida de hielo. El monitoreo satelital, incluidos los datos gestionados por la NASA, confirma que Groenlandia está desprendiendo hielo a un ritmo promedio de alrededor de 266 mil millones de toneladas anuales, un agotamiento impulsado por el calentamiento de los océanos y la atmósfera, lo que contribuye directamente al aumento global del nivel del mar.

La urgencia de esta pérdida de masa glaciar quedó patente durante una ola de calor récord que azotó Groenlandia entre el 15 y el 21 de mayo de 2025, periodo durante el cual el hielo se derritió a una velocidad 17 veces superior al promedio a largo plazo, aportando una contribución aguda e inmediata a los riesgos de inundación en todo el mundo. Este mapeo geológico de 'tiempo profundo' sirve como una herramienta de calibración vital para la ciencia moderna, ya que la comprensión de estos movimientos terrestres es primordial para la topografía y la navegación precisas, considerando que incluso los puntos de referencia considerados fijos en Groenlandia están sujetos a una lenta deriva.

Además, el proceso geológico conocido como ajuste isostático —la respuesta de la corteza a la carga y descarga glacial— demuestra que la tasa de elevación en algunas áreas, impulsada por la eliminación del hielo, puede alcanzar varios milímetros por año. Este factor es crucial para interpretar correctamente las mediciones de GNSS. Estos hallazgos colectivos iluminan la profunda respuesta, de múltiples capas, de una masa terrestre masiva a los rápidos cambios ambientales, enfatizando la necesidad de una observación continua y vigilante para comprender plenamente la evolución de estas dinámicas y sus ramificaciones a escala mundial.

Fuentes

  • uol.com.br

  • National Geographic Brasil

  • UOL Ecoa

  • O Globo

  • Nações Unidas no Brasil

  • Instituto Humanitas Unisinos

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