Expertos del British Antarctic Survey (BAS) han logrado un avance significativo en la exploración del entorno submarino polar mediante la implementación de herramientas avanzadas de inteligencia artificial (IA). Esta innovación ha transformado radicalmente la velocidad con la que se analizan los datos recopilados del lecho marino antártico. Mientras que la revisión manual de una sola imagen solía consumir hasta ocho horas de trabajo especializado, este proceso ahora se completa en apenas unos segundos. Esta eficiencia permite etiquetar los datos en tiempo real, incluso durante las expediciones que se llevan a cabo en las gélidas latitudes.
La plataforma continental antártica es un vasto depósito de vida, albergando más del 94% de todas las especies conocidas que habitan el Océano Austral. Muchos de estos organismos representan formas de vida únicas que han desarrollado mecanismos especializados para sobrevivir en condiciones de frío extremo. El Dr. Cameron Trotter, autor principal de la investigación y experto en aprendizaje automático en el BAS, reiteró la magnitud de la mejora, confirmando que la IA reduce el tiempo de análisis de las instantáneas de ocho horas a solo unos pocos segundos.
El modelo de IA fue entrenado utilizando material recogido a bordo del buque alemán RV Polarstern, específicamente en el mar de Weddell. Los investigadores anotaron manualmente las primeras cien imágenes para enseñar al sistema. Hoy, esta tecnología tiene la capacidad de identificar una amplia gama de habitantes marinos a lo largo de todo el Océano Austral, incluyendo estrellas de mar, corales, esponjas y peces. La Dra. Rowan Whittle, paleobióloga del BAS, destacó que el empleo de la IA permite prescindir de métodos de recolección de datos tradicionales y a menudo destructivos, como el arrastre y la pesca, lo cual es fundamental para la preservación de estos frágiles ecosistemas.
Actualmente, los científicos están inmersos en el procesamiento de un impresionante archivo que supera las 30.000 imágenes. Este cúmulo de información fue acumulado durante misiones realizadas tanto en la Península Antártica como en el mar de Weddell. Los resultados de este arduo trabajo tecnológico fueron presentados recientemente en la Conferencia Internacional sobre Visión por Computadora (ICCV), celebrada en Honolulu, Estados Unidos. Este salto tecnológico no solo amplía nuestra comprensión de los ecosistemas vulnerables, sino que también proporciona información crucial a los responsables políticos para la conservación efectiva de estos hábitats.
La aplicación de la inteligencia artificial en la investigación polar no es un hecho aislado dentro del British Antarctic Survey. El Laboratorio de IA del BAS utiliza activamente el aprendizaje automático para abordar una variedad de desafíos. Estos van desde la predicción de las condiciones del hielo marino hasta la automatización de las operaciones polares. Este enfoque ha demostrado su eficacia en otros campos; por ejemplo, algoritmos similares se están utilizando para predecir las rutas migratorias del caribú en el Ártico, contribuyendo así a la protección de sus itinerarios vitales.