El Polo Norte Magnético de la Tierra prosigue su desplazamiento, alejándose de Canadá y orientándose hacia Siberia. Este movimiento, que ha incrementado su velocidad desde la década de 1990, tiene implicaciones significativas para la precisión de los sistemas de navegación, demandando actualizaciones constantes de mapas y tecnología.
Históricamente, el polo magnético se desplazaba a un ritmo de aproximadamente 15 kilómetros por año. Sin embargo, entre 1990 y 2005, esta velocidad se aceleró drásticamente, alcanzando entre 50 y 60 kilómetros por año. En los últimos años, se ha observado una desaceleración a unos 25 kilómetros por año, un ritmo aún considerable que mantiene la tendencia hacia Siberia.
Este fenómeno se origina en las profundidades de nuestro planeta, específicamente en el núcleo externo líquido, donde el flujo de hierro y níquel fundidos genera el campo geomagnético que influye en la posición del polo. Para mantener la exactitud en la navegación, es crucial actualizar el Modelo Magnético Mundial (WMM).
La versión más reciente, WMMHR2025, se lanzó en diciembre de 2024 y estará vigente hasta finales de 2029. Este modelo, desarrollado conjuntamente por el Servicio Geológico Británico (BGS) y los Centros Nacionales de Información Ambiental de la NOAA (NCEI), proporciona datos de navegación más precisos para aplicaciones militares y civiles, incluyendo sistemas GPS, aeronaves y embarcaciones.
La necesidad de estas actualizaciones se debe a que el campo magnético terrestre no es estático; está en constante cambio debido a procesos dinámicos en el interior de la Tierra. La precisión de la navegación, desde la aviación hasta la navegación marítima y terrestre, depende de la exactitud de estos modelos magnéticos.
Las industrias que dependen de los campos magnéticos, como la aviación y el transporte marítimo, consideran este movimiento un factor crítico. Si la tendencia de movimiento del polo magnético continúa, se espera que para 2040 las brújulas puedan apuntar al este del norte verdadero, afectando la navegación global. Por ello, la actualización regular de mapas y software de navegación es esencial para garantizar la seguridad y la eficiencia en el transporte y la investigación científica.