Un hallazgo paleontológico sin precedentes ha tenido lugar en Bagua Grande, región de Amazonas, Perú, con el descubrimiento de un diente fósil de espinosaurio de aproximadamente 66 millones de años de antigüedad. Este fósil, identificado con el número MUSM 5121, constituye la primera evidencia tangible de la presencia de espinosaurios en Perú, ampliando significativamente el conocimiento sobre la distribución geográfica de estos dinosaurios en Sudamérica.
El diente, que se encuentra expuesto en el Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional de San Marcos, ha sido confirmado como perteneciente a un espinosaurio por Rodolfo Salas-Gismondi, jefe del Departamento de Paleontología de Vertebrados del museo. Las características morfológicas del diente, como su corona delgada con dos quillas, sección circular, esmalte rugoso y la presencia de estrías longitudinales, son distintivas de la familia Spinosauridae. Estos dinosaurios, carnívoros semiacuáticos, están emparentados con el famoso Spinosaurus aegyptiacus de África. La colaboración con el paleontólogo Jeff Wilson de la Universidad de Michigan fue fundamental para establecer que los espinosaurios no solo habitaron África y Brasil, sino que también alcanzaron la costa occidental de Sudamérica, posiblemente a través de antiguas conexiones marinas en la Amazonía peruana.
Los espinosaurios, depredadores de gran tamaño, vivieron durante el Cretácico Tardío, un período que se extiende desde hace 80 hasta 66 millones de años. Este descubrimiento en Bagua Grande resalta el potencial de la región para revelar faunas de dinosaurios del final de la era de los dinosaurios, abriendo nuevas líneas de investigación sobre la dispersión de especies en el continente sudamericano. La escasez de restos esqueléticos de dinosaurios en Perú se atribuye a factores geológicos, como la extensa sumersión del país bajo el mar durante el Cretácico, lo que limitó las áreas terrestres habitables para estos animales. Adicionalmente, la limitada exploración de formaciones rocosas del Cretácico ha contribuido a un registro fósil restringido.
Si bien las huellas fósiles son más comunes en Perú, estas se preservan en entornos costeros suaves, a diferencia de los restos óseos que requieren ambientes de mayor energía para su conservación. Los espinosaurios son conocidos por sus adaptaciones a un estilo de vida semiacuático, alimentándose principalmente de peces, aunque también se cree que cazaban otras presas. La familia Spinosauridae se caracteriza por tener dientes cónicos no aserrados y un hocico alargado, similar al de los cocodrilos. En algunos géneros, como el Spinosaurus, presentaban una distintiva vela dorsal. Investigaciones recientes sugieren que los espinosaurios, como el Spinosaurus aegyptiacus, eran criaturas adaptadas a la vida acuática, con características como una cola en forma de remo para la propulsión y una alta densidad ósea en las patas para mejorar la flotabilidad, lo que les permitía prosperar en entornos fluviales.
La gran cantidad de dientes de espinosaurios encontrados en yacimientos, como en la península ibérica, se explica por su rápido ciclo de reemplazo dental, asegurando siempre dientes funcionales para sujetar a sus presas. Este hallazgo en Perú se suma a la creciente evidencia de la diversidad de dinosaurios en América Latina, una región que se ha consolidado como un punto clave para la paleontología global.