Dos ballenas beluga, conocidas como Little Grey y Little White, rescatadas del cautiverio en China, continúan su proceso de adaptación en el Santuario de Ballenas Beluga Sea Life Trust en Islandia. Este santuario, pionero a nivel mundial para esta especie, se encuentra en la bahía de Klettsvik y representa un hito en la conservación marina.
Según los informes más recientes de septiembre de 2025, ambas ballenas se encuentran en buen estado de salud y participan activamente en sus rutinas diarias con el equipo de cuidadores. La liberación completa en las aguas abiertas del santuario se ha pospuesto hasta la primavera de 2026 para permitir mejoras adicionales en su hábitat, asegurando así su máximo bienestar.
El santuario, que cuenta con el respaldo de la Whale and Dolphin Conservation (WDC), es un testimonio del compromiso global con la rehabilitación de mamíferos marinos que han estado en cautiverio. A través del programa "Little Steps", Little Grey y Little White están fortaleciendo gradualmente su resistencia y adquiriendo las habilidades necesarias para la vida en su nuevo entorno subártico.
El viaje de Little Grey y Little White desde un parque marino en Shanghái hasta Islandia, cubriendo una distancia aproximada de 9,657 kilómetros, es un ejemplo inspirador de dedicación a la conservación marina. El santuario de Klettsvik Bay, con sus 32,000 metros cuadrados, ofrece un espacio natural y protegido diseñado para emular el hábitat ártico de las belugas.
Este proyecto innovador no solo busca proporcionar un hogar más natural para las belugas rescatadas, sino también avanzar en la investigación y la educación sobre el bienestar de estos animales. La iniciativa islandesa se alinea con un movimiento global creciente que busca alternativas al cautiverio de cetáceos, promoviendo un futuro donde estas especies puedan prosperar en entornos más adecuados a sus necesidades naturales.
La rehabilitación de estas ballenas beluga es un proceso meticuloso que incluye la adaptación a las temperaturas más frías del Atlántico Norte y el aprendizaje de comportamientos de supervivencia. El objetivo es que, aunque es poco probable que puedan sobrevivir completamente en la naturaleza salvaje tras años de cautiverio, puedan prosperar en un entorno seguro y estimulante. El santuario también alberga el único Centro de Rescate de Frailecillos de Islandia, lo que subraya un compromiso más amplio con la conservación de la vida marina local.