El bisonte americano, una figura emblemática del Viejo Oeste, desempeñó un papel fundamental en la salud de los ecosistemas de las praderas. Tras estar al borde de la extinción en el siglo XIX, los esfuerzos de conservación han posibilitado su reintroducción, siendo el Parque Nacional de Yellowstone un hito clave en este proceso.
Una investigación publicada en marzo de 2025 por científicos de la Universidad de Texas A&M ha revelado que los bisontes de Yellowstone ahora constituyen una única población interconectada, evolucionando a partir de diversas manadas históricas. Este descubrimiento tiene profundas implicaciones para la gestión y preservación de esta especie icónica.
En junio de 2025, el Servicio de Parques Nacionales presentó un plan de manejo revisado. Dicho plan tiene como objetivo mantener la población de bisontes en un rango de entre 3.500 y 6.000 individuos después de la temporada de cría. Se prioriza la transferencia de bisontes a tierras tribales y el apoyo a la caza tradicional como métodos para regular su número. Estas iniciativas buscan reintegrar al bisonte en sus hábitats ancestrales, fomentando así la biodiversidad y la vitalidad de los ecosistemas de las praderas.
La colaboración con las tribus nativas americanas es esencial para el éxito de estos esfuerzos de conservación y para fortalecer los lazos culturales y ecológicos con este animal emblemático. La gestión de esta población unificada permitirá una visión más holística de su bienestar y su papel ecológico.
La reintegración del bisonte en las praderas americanas representa no solo un logro en materia de conservación, sino también un poderoso testimonio de la resiliencia y la capacidad de renovación de los ecosistemas del Oeste americano. La conexión entre la salud de la especie y la salud del ecosistema se hace cada vez más evidente, ofreciendo un modelo para futuras iniciativas de restauración.
Investigaciones adicionales de la Universidad de Montana, publicadas a principios de 2025, destacaron cómo la presencia de bisontes mejora la diversidad de plantas en las praderas en un 15%, un dato crucial para la salud general del ecosistema. Además, un informe del Servicio Geológico de EE. UU. en abril de 2025 señaló que los patrones de pastoreo del bisonte ayudan a secuestrar carbono en el suelo, contribuyendo a la mitigación del cambio climático, con estimaciones que sugieren un aumento del 5% en la captura de carbono en áreas con poblaciones de bisontes establecidas.