La administración de la Ciudad de México está implementando una profunda transformación para consolidarse como una urbe más responsable y consciente, centrando sus esfuerzos operativos en el bienestar de los seres sintientes y la sanación del entorno urbano. Este compromiso se refleja en iniciativas concretas para promover la tenencia responsable de mascotas y mejorar la infraestructura ecológica y de salud animal.
En materia de salud y control poblacional canino y felino, las jornadas de Bienestar Animal han sido un motor de cambio significativo. Hasta la fecha, se han realizado 127 de estos eventos, logrando la aplicación de más de 80,000 vacunas y la ejecución de más de 10,000 procedimientos de esterilización. A este esfuerzo gubernamental se suma la colaboración de agrupaciones protectoras, que han contribuido con 1,854 cirugías adicionales, fortaleciendo la red de atención para la fauna local. Este enfoque integral reconoce a cada ser vivo como parte esencial de un ecosistema interconectado.
Paralelamente, la ciudad avanza en su agenda verde bajo el programa 'Raíces del Futuro', superando la meta inicial de reforestación urbana con la plantación de más de 81,000 árboles. Este esfuerzo de siembra subraya el compromiso de la capital con la vitalidad de su espacio compartido, entendiendo que la salud del entorno y la de sus habitantes, incluyendo a los animales, son facetas inseparables.
La proyección futura incluye una expansión notable en la infraestructura de cuidado animal. Los planes contemplan la inauguración de un nuevo hospital veterinario central, una inversión sustancial que se complementará con la apertura estratégica de 20 nuevas clínicas de atención animal. Adicionalmente, para mejorar la calidad de vida de los animales de compañía y sus familias, se proyecta la creación de 200 nuevos parques caninos. Este despliegue de recursos valida la responsabilidad intrínseca de la comunidad hacia las criaturas bajo su cuidado.
Estas acciones se enmarcan en una tendencia más amplia dentro de la Ciudad de México, que ha estado a la vanguardia en la implementación de legislación protectora, reforzando el marco legal existente, especialmente en lo relativo a la prohibición de espectáculos que involucren maltrato animal. El constante incremento en el presupuesto destinado a programas de bienestar animal refleja una priorización presupuestaria que respalda estas ambiciosas metas operativas, posicionando a la ciudad como un modelo de gestión pública que cataliza un despertar colectivo hacia el trato óptimo de todos los seres vivos.
