El debate sobre los parques eólicos frente a la costa de Massachusetts se ha intensificado, especialmente en lo que respecta a su impacto en las poblaciones locales de ballenas. El presidente electo Donald Trump ha expresado preocupaciones, afirmando que estas fuentes de energía están 'volviendo locas a las ballenas.' Ha prometido detener el desarrollo de parques eólicos al asumir el cargo.
Los comentarios de Trump se producen tras un aumento significativo en los varamientos de ballenas en la región, con seis grandes ballenas reportadas varadas entre julio y diciembre del año anterior. Aunque Trump atribuye este aumento a los parques eólicos, los expertos de Whale and Dolphin Conservation (WDC) argumentan que los enredos en equipos de pesca, las colisiones con embarcaciones y las enfermedades infecciosas son las principales causas.
En 2024, la WDC informó sobre múltiples cadáveres de ballenas, incluidos los de ballenas jorobadas y minke. Enfatizan la importancia de basar las conclusiones en evidencia científica en lugar de agendas políticas. Regina Asmutis-Silvia, directora ejecutiva de la WDC, señaló que no hay encuestas de viento ni actividades de construcción en su área de respuesta, lo que contradice las afirmaciones que vinculan los varamientos con el desarrollo de energía eólica.
El Servicio Nacional de Pesca Marina también ha evaluado el impacto del proyecto Vineyard Wind, determinando que 'no es probable que comprometa' las poblaciones de ballenas en peligro, incluida la ballena franca del Atlántico Norte. Sin embargo, reconocen que algunas actividades de construcción podrían seguir presentando riesgos.