El multilingüismo retrasa el envejecimiento biológico y potencia las funciones cognitivas, según revela un estudio europeo de gran alcance

Editado por: Olga Samsonova

Una investigación europea de gran envergadura, que analizó a más de 86,000 ciudadanos con edades comprendidas entre los 51 y los 90 años, provenientes de 27 naciones distintas, ha establecido una correlación directa y significativa entre el dominio de múltiples idiomas y la ralentización del envejecimiento biológico, además de la preservación de la salud cognitiva durante la etapa adulta tardía. El neurocientífico Agustín Ibañez, adscrito al Instituto de Salud Cerebral Global del Trinity College en Dublín, estuvo al frente de este análisis. El objetivo primordial era determinar cómo las capacidades lingüísticas influyen en el ritmo de los cambios relacionados con la edad, considerando los indicadores individuales de salud y estilo de vida.

Los hallazgos obtenidos son contundentes: hablar un solo idioma conlleva una probabilidad duplicada de experimentar un envejecimiento acelerado, en comparación con aquellos individuos que alternan fluidamente entre dos o más lenguas. En el caso de los multilingües, este riesgo se reduce drásticamente en aproximadamente un 54%. Es notable que el efecto protector es de naturaleza acumulativa: cuanto mayor sea el número de idiomas que se dominen, más pronunciada será la contribución a una longevidad saludable.

Esta sólida correlación mantuvo su consistencia incluso después de aplicar un riguroso ajuste de los datos para tener en cuenta variables cruciales, como el nivel educativo, el estatus socioeconómico y el entorno vital. Por ello, los autores del estudio consideran la promoción del multilingüismo como una posible estrategia de salud pública, orientada a incrementar la resistencia cognitiva y a mantener la autonomía funcional en la vejez. Esta observación refuerza la evidencia existente, como la publicada en la revista BMC Geriatrics, que ya señalaba una correlación entre un mayor número de idiomas y mejores puntuaciones en las capacidades cognitivas de las personas mayores que viven en la comunidad.

La exigencia constante de conmutar entre diferentes sistemas lingüísticos opera como un entrenamiento intensivo para el sistema de control ejecutivo del cerebro, activando específicamente la corteza prefrontal dorsolateral. Esta tensión continua impuesta a las redes neuronales contribuye de manera decisiva a la conservación de la plasticidad cerebral y al freno de las alteraciones asociadas al paso del tiempo. Investigaciones adicionales realizadas en regiones con alta tasa de multilingüismo, como la India, demuestran que los bilingües pueden sostener un alto nivel de funcionamiento incluso cuando presentan daños estructurales cerebrales más significativos que los observados en personas monolingües.

El profesor Jubin Abutalebi destacó que, en las personas que manejan varias lenguas, los síntomas de la demencia pueden manifestarse entre 4 y 5 años más tarde. Este dato subraya que la experiencia lingüística genera una reserva cognitiva sustancial, permitiendo que el cerebro compense durante más tiempo los cambios degenerativos o patológicos que aparecen con la edad. En definitiva, aprender idiomas no solo enriquece culturalmente, sino que se erige como un escudo protector contra el declive cognitivo, ofreciendo una ventaja invaluable para el bienestar en la tercera edad.

Fuentes

  • Agencia Sinc

  • Nature Aging

  • BMC Geriatrics

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