El gobierno brasileño ha anunciado un paquete de ayuda de R$30 mil millones (aproximadamente 5.6 mil millones de dólares) para apoyar a las empresas nacionales afectadas por los aranceles impuestos por Estados Unidos. La medida, firmada el 13 de agosto de 2025 por el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, busca aliviar el impacto de las tarifas que han aumentado del 10% al 50% sobre diversos productos brasileños, incluyendo café, carne, mariscos, textiles, calzado y frutas.
El paquete de apoyo se canalizará principalmente a través del Fondo de Garantía a la Exportación (FGE), que será reformulado para ofrecer líneas de crédito de emergencia. Este financiamiento está destinado a capital de trabajo, adaptación de actividades productivas para reducir la dependencia del mercado norteamericano, inversiones tecnológicas para la apertura de nuevos mercados y el fortalecimiento de las cadenas productivas orientadas a la exportación. Una condición clave para acceder a estos fondos será el compromiso de las empresas de mantener o expandir sus plantillas laborales, asegurando la preservación del empleo en el país. La medida provisional, que debe ser aprobada por el Congreso en un plazo de cuatro meses, también incluye alivios fiscales. Se extenderá el programa Reintegra, que permite el reembolso de impuestos a las empresas exportadoras, incluyendo micro y pequeñas empresas, con un enfoque particular en el aumento de la tasa de este programa al 3% para las pequeñas empresas hasta finales de 2026.
La iniciativa del gobierno brasileño refleja una estrategia proactiva para proteger su economía y sus sectores productivos. El Presidente de la Cámara de Diputados, Hugo Motta, ha asegurado que la Cámara priorizará la votación de esta medida, reconociendo su urgencia. De manera similar, el Presidente del Senado, Davi Alcolumbre, ha comprometido un análisis responsable de la propuesta, buscando mejoras que fortalezcan la protección de la economía nacional y el empleo. Paralelamente a estas medidas internas, Brasil ha intensificado sus esfuerzos para diversificar sus mercados de exportación, buscando activamente nuevas oportunidades comerciales con países como China, Rusia e India. En 2024, los mercados emergentes representaron más del 60% de las exportaciones totales de Brasil, consolidando esta tendencia de reorientación comercial. La fortaleza de Brasil en el mercado de productos básicos, como soja y carne, hacia Asia y América Latina, subraya su resiliencia y adaptabilidad en el cambiante panorama del comercio global. La estrategia de diversificación de mercados, impulsada por las relaciones con el bloque BRICS y otros socios emergentes, posiciona a Brasil como un actor clave en un orden comercial multipolar, mitigando los riesgos asociados a las políticas arancelarias unilaterales y fortaleciendo su soberanía económica.