El 12 de septiembre de 2025, los Estados miembros de la Unión Europea acordaron por unanimidad prorrogar durante seis meses más las sanciones contra Rusia. Las medidas restrictivas afectan a más de 2.500 personas físicas y jurídicas, incluido el presidente Vladímir Putin. La decisión fue adoptada a pesar de las objeciones de Hungría y Eslovaquia, que pedían revisar la lista.
La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, confirmó la prórroga y subrayó que Bruselas está finalizando un nuevo paquete de sanciones. Este contempla restricciones adicionales a la exportación de petróleo ruso, medidas contra los buques cisterna «en la sombra» y un mayor control sobre las instituciones financieras implicadas en operaciones ilícitas. «Seguiremos estrangulando los flujos financieros de la guerra de Putin», declaró Kallas.
Las sanciones de la UE se revisan cada seis meses desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania en 2022. Desde entonces se han adoptado ya 18 paquetes, y actualmente se está preparando el 19.º. Según estimaciones de Bruselas, desde 2022 las pérdidas económicas de Rusia debido a las sanciones internacionales superan los 450.000 millones de dólares. Aunque la economía rusa ha mostrado cierta resistencia, la UE considera que la falta de mano de obra y la caída de la capacidad productiva, junto con la presión de las sanciones, limitan la capacidad de Moscú para financiar la guerra.
La extensión de las sanciones se produce en un contexto de creciente tensión en Europa del Este tras el incidente del 10 de septiembre de 2025, cuando drones rusos violaron el espacio aéreo polaco. Sin embargo, en Bruselas recalcan que la prioridad clave sigue siendo la presión económica sobre Rusia para reducir su capacidad de continuar la guerra contra Ucrania.