El Primer Ministro de Australia, Anthony Albanese, anunció el 11 de agosto de 2025, que Australia reconocerá oficialmente al Estado de Palestina. Esta formalización se llevará a cabo durante la 80ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre, alineando a Australia con una creciente mayoría internacional que apoya una solución de dos Estados para el conflicto israelí-palestino.
El reconocimiento australiano está condicionado a compromisos específicos por parte de la Autoridad Palestina, incluyendo la exclusión de Hamás de la futura gobernanza, la desmilitarización de Gaza y la celebración de elecciones generales. El Primer Ministro Albanese enfatizó que una solución de dos Estados representa la mejor esperanza para romper el ciclo de violencia y poner fin al sufrimiento en Oriente Medio. Esta postura refleja un cambio notable en la política exterior australiana, que en noviembre de 2024 votó a favor de reconocer la "soberanía permanente" de los palestinos en el Territorio Palestino Ocupado, marcando una desviación de su posición anterior. La decisión de Australia se produce en un contexto de creciente presión internacional para poner fin a la guerra en Gaza. El 3 de agosto de 2025, cientos de miles de australianos se manifestaron en una "Marcha por la Humanidad" a través del Puente del Puerto de Sídney, exigiendo un alto el fuego y atención a la crisis humanitaria en Gaza. Este evento masivo subrayó el creciente sentimiento público en Australia en apoyo a la causa palestina.
Este paso de Australia se alinea con movimientos similares de otras naciones. El Presidente francés Emmanuel Macron y el Primer Ministro británico Keir Starmer también han indicado su intención de reconocer la condición de Estado palestino en la próxima Asamblea General de la ONU. Estos esfuerzos coordinados buscan generar un impulso global hacia una solución de dos Estados. Sin embargo, Estados Unidos ha expresado su oposición a estos desarrollos. El Presidente estadounidense Donald Trump ha criticado el reconocimiento del Estado palestino, sugiriendo que recompensa a Hamás y obstaculiza los esfuerzos de alto el fuego. A pesar de las reservas de EE. UU., el Primer Ministro Albanese ha reafirmado que la decisión de Australia es soberana e independiente, aunque reconociendo el papel de EE. UU. en la región. La decisión de Australia de reconocer la condición de Estado palestino es vista como un paso significativo en la búsqueda de una paz duradera y un reflejo del creciente consenso internacional para abordar el conflicto israelí-palestino. Se espera que esta medida tenga implicaciones considerables en las relaciones internacionales y en la continua búsqueda de una resolución pacífica.