El 5 de octubre de 2025 se celebraron en Siria elecciones para la Asamblea Popular Provisional, compuesta por 210 escaños. Este evento marcó un hito significativo en la transición política del país tras más de una década de guerra civil y el derrocamiento del régimen de Bashar al-Assad en diciembre de 2024. La nueva asamblea legislativa recibió un mandato de 30 meses.
Las elecciones se pospusieron en la gobernación de Suwayda y en las zonas controladas por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), incluidas las gobernaciones de Raqqa y Hasakah, debido a las tensiones persistentes. El presidente interino Ahmed al-Sharaa enfatizó la necesidad de aprobar leyes para la reconstrucción y la prosperidad del país, e instó a la contribución colectiva de todos los sirios.
El Ministerio del Interior confirmó que las elecciones se celebraron sin incidentes, con la seguridad garantizada en los colegios electorales.
Las elecciones son indirectas. Los partidos políticos no participan y no hay campaña electoral. El sistema electoral en sí es complejo. Durante el verano, el gobierno de al-Shara'a creó un Comité Supremo, que posteriormente designó los llamados subcomités en cada uno de los 62 distritos electorales del país. Para septiembre, estos subcomités habían creado los llamados colegios electorales que representaban a los distritos. El 5 de octubre, estos 6.000 electores eligieron a 140 de los 210 miembros del Consejo Popular. Los 70 miembros restantes fueron nombrados directamente por al-Shara'a.
En septiembre, 14 organizaciones de la sociedad civil siria expresaron su preocupación por la influencia directa de al-Shara'a en la composición del parlamento.
"Esta estructura deja al parlamento vulnerable a un equilibrio de poder que no refleja la voluntad de los votantes y socava su supuesta representatividad, permitiendo que el ejecutivo domine una institución que debería ser independiente y reflejar la voluntad del pueblo", decía su declaración conjunta.
También afirmaron que la influencia directa e indirecta del presidente en el Comité Superior y los colegios electorales convierte las elecciones en "simbólicas, en el mejor de los casos, y desprovistas de su propósito democrático de garantizar la representación y la rendición de cuentas".
La comunidad internacional, incluido Estados Unidos, sigue de cerca el delicado panorama geopolítico de Siria y los desafíos que supone reconstruir el país y garantizar una representación genuina para todos sus ciudadanos. A pesar de los pasos de procedimiento, el verdadero impacto de estas elecciones en el futuro democrático de Siria sigue siendo incierto y dependerá de reformas genuinas y de la voluntad del pueblo sirio.