La Comisión Europea ha presentado su decimonoveno paquete de sanciones contra Rusia, intensificando la presión económica sobre el país con medidas centradas en los sectores energético y financiero. El objetivo es limitar los ingresos de Rusia y cerrar vías de elusión de sanciones previas.
Una de las principales novedades es la prohibición de importación de gas natural licuado (GNL) ruso a los mercados europeos, que entrará en vigor el 1 de enero de 2027, adelantando planes anteriores de la Unión Europea. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha señalado que la UE está preparada para este paso, habiendo trabajado en el ahorro energético, la diversificación de suministros y la inversión en fuentes de energía bajas en carbono.
Adicionalmente, se ha reducido el tope de precios del petróleo ruso a 47,6 USD por barril. Se aplicará una prohibición total de transacciones a las principales empresas energéticas rusas como Rosneft y Gazpromneft, y se sancionará a refinerías, comerciantes de petróleo y empresas petroquímicas en terceros países que compren petróleo incumpliendo las sanciones existentes. Las exportaciones de petróleo ruso a Europa han disminuido un 90% en los últimos tres años.
En el ámbito financiero, el paquete busca cerrar las "lagunas" que Moscú utiliza para evadir las sanciones, imponiendo prohibiciones de transacciones a bancos adicionales en Rusia y en terceros países. Por primera vez, las medidas restrictivas se extenderán a las plataformas de criptomonedas, prohibiendo las transacciones en esta divisa digital. También se incluirán en la lista negra bancos extranjeros vinculados a sistemas de pago alternativos rusos.
El paquete amplía las sanciones a la "flota fantasma" de Rusia, añadiendo 118 buques a la lista, lo que eleva el total a más de 560 embarcaciones sancionadas. Estas acciones buscan dificultar la evasión de las restricciones, especialmente en lo que respecta al transporte de petróleo. La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, ha señalado que las sanciones buscan debilitar las finanzas del Kremlin y su capacidad para financiar la guerra.
Estas medidas son una respuesta a la escalada de agresiones por parte de Rusia, incluyendo ataques contra Ucrania y violaciones del espacio aéreo de países miembros. La UE reafirma su compromiso de intensificar la presión sobre Rusia hasta que se logre una paz justa y duradera, combinando estas medidas con el apoyo militar a Ucrania.