El ejército israelí inició una ofensiva terrestre en la Ciudad de Gaza el 15 de septiembre de 2025, después de intensos ataques aéreos que, según informes, destruyeron más de 50 edificios de gran altura ocupados por Hamás. Tanques israelíes avanzaron hacia la ciudad, marcando una operación de escala sin precedentes en el norte de Gaza.
Esta escalada ha intensificado las preocupaciones por los aproximadamente 48 rehenes que aún mantiene Hamás, de los cuales se cree que unos 20 están vivos. Las familias de los rehenes han expresado graves temores, considerando la ofensiva como una sentencia de muerte potencial para sus seres queridos y advirtiendo que la noche podría ser la última. El Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos ha acusado al Primer Ministro Benjamin Netanyahu de sacrificar a los rehenes por consideraciones políticas, instando a un enfoque diferente.
A nivel internacional, la ofensiva ha atraído una atención diplomática y condena significativas. El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, se reunió con el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu en Jerusalén, reafirmando el apoyo inquebrantable de Washington a la ofensiva de Israel y su objetivo de erradicar a Hamás. Rubio declaró que "El pueblo de Gaza merece un futuro mejor, pero ese futuro no puede comenzar hasta que Hamás sea eliminado". También indicó una ventana estrecha para un posible acuerdo de alto el fuego, sugiriendo que "tenemos una ventana de tiempo muy corta en la que un acuerdo puede suceder".
El Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, emitió una severa advertencia a Hamás, declarando que "se acabaron las apuestas" si se confirman los informes de que los rehenes están siendo utilizados como escudos humanos, y exigió su liberación inmediata. Trump también abordó las preocupaciones sobre un reciente ataque israelí en Doha, asegurando que Qatar no sería atacado nuevamente.
Mientras tanto, líderes árabes e islámicos, reunidos en Doha, condenaron las acciones de Israel y pidieron una intervención internacional para detener la "agresión injustificada". El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, expresó grave alarma, advirtiendo que la decisión de escalar corre el riesgo de profundizar las consecuencias catastróficas para los palestinos y los cautivos israelíes.
La ofensiva se produce tras semanas de preparativos que involucraron una extensa destrucción de edificios y repetidos llamados a la evacuación de civiles, aunque se estima que 700.000 personas permanecían en la Ciudad de Gaza hasta el lunes. La situación se complica aún más por el presunto uso de rehenes como escudos humanos por parte de Hamás. Mediadores internacionales, incluido Qatar, continúan desempeñando un papel en los esfuerzos diplomáticos, aunque la efectividad de estos esfuerzos sigue siendo una pregunta crítica en medio del creciente conflicto.