La cúpula militar francesa está señalando una revisión profunda de su doctrina de defensa, enfocándose ahora en la plena capacidad operativa para afrontar operaciones de gran escala. El General Pierre Schill, Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, ha confirmado que las fuerzas terrestres francesas estarán listas para un despliegue en apoyo a Ucrania para el año 2026, si las futuras garantías de seguridad europeas así lo exigieran. El General Schill ha calificado el año 2026 como el «año de las coaliciones», subrayando la importancia crítica de la acción coordinada con los aliados internacionales. Este anuncio marca un punto de inflexión en la postura estratégica de París ante el cambiante panorama geopolítico.
Un componente esencial de esta preparación es la realización de las maniobras a gran escala y multidominio denominadas «Orion-26». El objetivo primordial de estos ejercicios es perfeccionar la cohesión y la interoperabilidad de los componentes terrestres, aéreos y marítimos dentro de estructuras de coalición. La iteración anterior de los ejercicios «Orion» estaba programada para 2023 y ya incorporaba las lecciones aprendidas directamente de los acontecimientos que se desarrollaban en los frentes ucranianos. El General Schill enfatizó que el Ejército francés debe mantener la aptitud para responder simultáneamente a tres niveles de amenaza distintos, lo que incluye la potencial participación en el teatro de operaciones ucraniano.
Paralelamente a estos preparativos operativos, otros altos mandos militares han manifestado su profunda preocupación por el riesgo de una escalada. Anteriormente, el General Thierry Burkhard, ex Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, había advertido que el Kremlin considera a Francia como uno de sus objetivos estratégicos clave. Su sucesor, el General Fabien Mandon, quien asumió el cargo el 23 de julio de 2025, insiste en la necesidad imperiosa de incrementar de inmediato el presupuesto militar. Mandon sostiene la creencia de que una confrontación directa con Rusia podría materializarse en el transcurso de los próximos tres o cuatro años, lo que exige una respuesta inmediata en términos de inversión y capacidad.
Estos lineamientos estratégicos están siendo respaldados por medidas concretas implementadas a nivel nacional. Según la información disponible, las instituciones médicas en todo el territorio francés han recibido directrices específicas para prepararse para recibir un número significativo de heridos, estimado entre 10.000 y 50.000 personas. Este periodo de preparación comenzaría en marzo de 2026 y se extendería por un lapso de 10 a 180 días. Además, se destaca la capacidad de respuesta rápida del país: hasta 7.000 efectivos militares pueden ser desplegados en un plazo muy ajustado, que oscila entre 12 horas y cinco días. Esta capacidad es aplicable tanto para misiones de defensa nacional como para el cumplimiento de las obligaciones adquiridas en el marco de la OTAN, demostrando la seriedad con la que Francia aborda su nueva postura de máxima preparación.
