Las conversaciones de paz entre el grupo rebelde M23 y el gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) no lograron alcanzar un acuerdo final en Doha, Qatar, el 18 de agosto de 2025, incumpliendo el plazo establecido tras una declaración de principios firmada el 19 de julio. Este fracaso subraya la fragilidad del proceso de paz y la persistente inestabilidad en el este de la RDC.
El M23 citó violaciones de un acuerdo previo por parte del ejército congoleño como motivo de su ausencia, evidenciando una profunda desconfianza entre las partes. Aunque el grupo indicó la posibilidad de enviar representantes en los días siguientes, la falta de firma del acuerdo se produce en un contexto de violencia continuada y un elevado número de víctimas civiles. El grupo rebelde ha enfatizado que la liberación de prisioneros es una condición previa esencial para el avance de las conversaciones, mientras que el gobierno congoleño considera este tema como parte de la negociación, no como un requisito previo.
La situación sobre el terreno sigue siendo grave. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, condenó la escalada de violencia, declarando: "Todos los ataques contra civiles deben cesar de inmediato y todos los responsables deben rendir cuentas". La Oficina de Derechos Humanos de la ONU informó que los rebeldes del M23 mataron al menos a 319 civiles, incluidos niños, en ataques entre el 9 y el 21 de julio en la provincia de Kivu del Norte. Estos incidentes representan una de las cifras más altas de víctimas civiles documentadas desde el resurgimiento del M23 en 2022.
Paralelamente, otros grupos armados como las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) también han estado cometiendo actos de violencia. Informes recientes detallan al menos 52 civiles masacrados en ataques en Beni y Lubero entre el 9 y el 16 de agosto de 2025. El conflicto en la RDC tiene raíces profundas, que se remontan a décadas de inestabilidad, explotación de recursos y tensiones étnicas, exacerbadas por la intervención de actores regionales. La mediación de Qatar ha sido un esfuerzo continuo para facilitar el diálogo, con rondas de conversaciones celebradas en Doha desde marzo de 2025. A pesar de los esfuerzos diplomáticos, la escalada de combates y la falta de un acuerdo final plantean serias dudas sobre la eficacia de las iniciativas actuales y la voluntad genuina de todas las partes para lograr una paz duradera.
La comunidad internacional, incluida la ONU, ha expresado su profunda preocupación por la creciente violencia y la crisis humanitaria, que ha provocado que millones de personas sufran inseguridad alimentaria y desplazamiento. El camino hacia la paz en el este de la RDC sigue siendo un desafío considerable, que requiere no solo acuerdos diplomáticos sino también un compromiso tangible para proteger a los civiles y abordar las causas subyacentes del conflicto.