En julio de 2025, China registró una salida de capital sin precedentes de 58.300 millones de dólares, marcando el mayor flujo hacia el exterior desde 2010. Este aumento se atribuye en gran medida a la actividad de inversores de China continental en los mercados de Hong Kong, impulsada por recientes medidas de liberalización del mercado. En respuesta, las autoridades chinas han intensificado la supervisión de las inversiones salientes, introduciendo nuevas directrices para salvaguardar la estabilidad financiera y gestionar proactivamente los flujos de capital.
La Administración Estatal de Divisas (SAFE) ha impuesto requisitos más estrictos para las empresas que buscan utilizar fondos de ofertas públicas iniciales (OPI) o ventas secundarias en el extranjero. Ahora, estas empresas deben obtener una "indicación de no objeción" de la SAFE para desplegar fondos fuera de China continental, o se les exigirá la repatriación de dichos fondos. Estas medidas reflejan una estrategia deliberada para gestionar la volatilidad del yuan y mantener la solidez del sistema financiero nacional frente a las cambiantes dinámicas del mercado global. El papel de Hong Kong como conducto clave para las inversiones chinas en el extranjero, especialmente en renta variable, se ha vuelto cada vez más evidente, con la Autoridad Monetaria de Hong Kong (HKMA) observando un incremento significativo en el capital "Southbound". Si bien esto demuestra la vitalidad de los mercados financieros de la región, también subraya la necesidad de un marco regulatorio robusto para un desarrollo ordenado y sostenible. Este ajuste regulatorio se produce en un contexto global de reconfiguración de flujos de capital y un escrutinio creciente sobre las transacciones transfronterizas, influenciado por factores geopolíticos y la búsqueda de transparencia por parte de los reguladores. Estas medidas representan una adaptación estratégica del sistema financiero chino para navegar un entorno económico complejo, buscando equilibrar la apertura con la estabilidad y la resiliencia. Paralelamente, los datos de julio de 2025 también señalan una continua afluencia de capital extranjero hacia las acciones chinas, indicando una confianza subyacente en las oportunidades de inversión. Las autoridades financieras chinas buscan salvaguardar la estabilidad monetaria y sentar las bases para un crecimiento más predecible y controlado.