El Parlamento Europeo exige derribar drones y aeronaves rusas en el espacio aéreo de la UE y endurece las sanciones

El Parlamento Europeo, en una sesión plenaria celebrada el 9 de octubre de 2025, aprobó una trascendental resolución que marca un cambio significativo en la evaluación geopolítica de la Unión. Este documento tiene como principal meta reforzar la seguridad colectiva del bloque frente a las crecientes amenazas externas. El texto condena enérgicamente las acciones desestabilizadoras de la Federación Rusa, haciendo especial hincapié en las incursiones aéreas que han violado repetidamente el espacio de los países miembros de la UE y la OTAN. Asimismo, se critica el uso deliberado y sistemático de vehículos aéreos no tripulados (VANT), comúnmente conocidos como drones, dirigidos contra infraestructuras críticas europeas. Los europarlamentarios calificaron estos actos, que desafían las normas internacionales, como «injustificados y conducentes a una escalada adicional» del conflicto.

La parte más contundente de la resolución se centra en la respuesta militar. Según un comunicado de prensa emitido por el propio Europarlamento, el texto «fomenta cualquier iniciativa que permita a la UE y a sus Estados miembros adoptar medidas coordinadas, unificadas y proporcionales contra todas las violaciones de su espacio aéreo». Esta autorización explícita incluye la facultad de proceder a la «destrucción de amenazas aéreas». Esta disposición representa un paso audaz hacia una postura de defensa más activa y disuasoria, señalando la voluntad de la UE de proteger su cielo con todos los medios disponibles.

El dictamen detalla explícitamente los incidentes de intrusión aérea que afectaron a naciones fronterizas, nombrando a Polonia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumanía. Además, se condenaron de manera particular los ataques intencionados con drones dirigidos a objetivos estratégicos en Dinamarca, Suecia y Noruega. Estos sucesos se han catalogado oficialmente como una parte integral de una «campaña sistemática de guerra que emplea métodos militares e híbridos», lo que constituye una afrenta directa a la soberanía y la integridad territorial de la Unión Europea. La solidez de esta postura quedó demostrada por el amplio consenso político alcanzado en la votación: 469 diputados apoyaron firmemente la resolución, frente a 97 votos en contra y 38 abstenciones, reflejando una unidad notable ante la amenaza rusa.

En el frente económico, el Parlamento Europeo instó al Consejo de la UE y a la Comisión Europea a no solo mantener, sino a incrementar sustancialmente la efectividad y el alcance del régimen de sanciones impuesto a Rusia. El propósito fundamental de estas restricciones es «limitar su capacidad para librar una guerra cruel contra Ucrania», estrangulando las fuentes de financiación y suministro militar. La resolución va más allá, exigiendo que las medidas restrictivas se extiendan a todas las naciones que brindan apoyo material o logístico a Moscú, mencionando específicamente a Bielorrusia, Irán y Corea del Norte como facilitadores clave. También se puso un foco de atención crítico en las entidades chinas que suministran bienes de doble uso, componentes esenciales para la fabricación rusa de misiles y drones.

Adicionalmente, en el ámbito financiero y de reconstrucción, el PE hizo un llamamiento crucial a los países europeos. La exigencia es utilizar todos los activos rusos congelados dentro de la jurisdicción de la UE como garantía para la concesión de créditos y préstamos a Ucrania. Esta medida busca asegurar una fuente de financiación estable y significativa para la resistencia ucraniana y la futura reconstrucción del país devastado por la guerra.

Finalmente, el documento subraya la imperiosa necesidad de establecer una doctrina de defensa más proactiva y robusta. El Europarlamento enfatizó la importancia de ofrecer garantías de seguridad integrales a todos los Estados miembros, especialmente a aquellos que perciben una amenaza palpable en sus fronteras meridionales. Esta visión estratégica se alinea con las iniciativas destinadas a fortalecer la base industrial y tecnológica de defensa europea, tales como el Programa Europeo de la Industria de Defensa (EDIP) y el Fondo de Asistencia para la Seguridad de Europa (SAFE). Los expertos en seguridad analizan esta acción como una transición clara de una política meramente reactiva hacia una planificación estratégica a largo plazo, consolidando la defensa en los flancos oriental y meridional de Europa.