Un informe de la Evaluación de la Declaración Forestal revela que la deforestación global alcanzó un asombroso 6,37 millones de hectáreas en 2023, casi equivalente al tamaño de Letonia. Esta cifra está muy por encima del objetivo de 4,4 millones de hectáreas establecido para detener la deforestación para 2030.
Los principales impulsores de esta destrucción incluyen actividades agrícolas, construcción de carreteras, incendios forestales y tala comercial. Ivan Palmegiani, el autor principal del informe, declaró: "A nivel mundial, la deforestación está empeorando, no mejorando, desde el comienzo de esta década." Subrayó la urgencia de la situación, señalando que solo quedan seis años para cumplir con el plazo crítico para poner fin a la deforestación.
Casi el 96% de la deforestación en 2023 ocurrió en países tropicales como Brasil, Indonesia, Bolivia y la República Democrática del Congo. Aunque Brasil ha mostrado un progreso significativo en la reducción de las tasas de deforestación en la selva amazónica en un 62% bajo el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, la deforestación ha aumentado en regiones como El Cerrado y en países como Bolivia e Indonesia.
La deforestación en Bolivia aumentó un 351% entre 2015 y 2023, mientras que Indonesia vio un aumento en la deforestación después de dos años de disminución, impulsado en parte por la demanda de materiales para productos ecológicos. El informe también destaca que Indonesia ocupa el segundo lugar después de Brasil en la pérdida de bosques desde 1990.
En 2021, más de 140 países se comprometieron a poner fin a la deforestación en la Conferencia de Cambio Climático de la ONU en Glasgow, pero los investigadores afirman que estas promesas aún no se han cumplido. Erin Matson, coautora del informe, enfatizó la necesidad de una protección ininterrumpida de los bosques en medio de cambios políticos y económicos y un cambio en las prácticas de consumo y producción.
A pesar de las circunstancias desesperadas, Palmegiani expresa esperanza de mejora, instando a las naciones industrializadas a apoyar mejor a los países ricos en bosques en sus esfuerzos de conservación. Recientemente, la Comisión Europea pospuso la implementación de la legislación contra la deforestación hasta finales de 2025, enfrentando oposición de organizaciones ambientales. Los bosques, que albergan el 80% de las especies de plantas y animales terrestres, juegan un papel crucial en la regulación del ciclo del agua y la absorción de CO2, lo que los convierte en vitales en la lucha contra el cambio climático.