Brasil ha enfrentado incendios forestales sin precedentes este año, con más de 22 millones de hectáreas, incluida la mitad en la selva amazónica, quemadas en los primeros nueve meses de 2024. Esto marca un aumento del 150% en comparación con el mismo período en 2023, según un informe de la iniciativa MapBiomas.
El área quemada es equivalente al tamaño de Bielorrusia y representa aproximadamente el 2,6% de la superficie terrestre de Brasil. El informe destaca que hubo un total de 213,413 focos de incendio, el mayor número registrado para este período desde 2010.
El aumento de los incendios se atribuye a una grave sequía que afecta a Brasil, que ha sido descrita como la peor en 75 años, agravada por el cambio climático. Más de la mitad del área quemada estaba en la Amazonía, con septiembre solo contabilizando 5.5 millones de hectáreas perdidas, un asombroso aumento del 196% en comparación con septiembre de 2023.
Además de la Amazonía, la región del Cerrado, crucial para las reservas de agua de Brasil y la biodiversidad, se vio significativamente afectada, con 4.3 millones de hectáreas quemadas en septiembre, un aumento del 158% interanual. Las zonas húmedas del Pantanal también vieron casi 318,000 hectáreas consumidas por el fuego, marcando un aumento del 662% en comparación con el año anterior.
Los datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil indican que estos incendios forestales son los peores que el país ha experimentado en 14 años. Los grupos ambientales han señalado que los incendios a menudo ocurren en áreas de bosque primario en lugar de en tierras recién deforestadas, lo que genera preocupaciones sobre las prácticas ilegales de conversión de tierras.
Los principales impulsores de la deforestación en la Amazonía están relacionados con la demanda de pastizales y la producción de soja, que continúan amenazando el equilibrio ecológico de la región.