El panorama de la conectividad estratégica global experimentó un avance significativo el 23 de octubre de 2025, gracias al exitoso lanzamiento del satélite español Spainsat Next Generation 2 (NG-2) por parte de SpaceX. Este activo crucial, destinado a reforzar la red de comunicaciones militares seguras de las Fuerzas Armadas españolas, fue impulsado por un cohete Falcon 9 de gran potencia. El despegue se produjo a las 9:30 p.m. EDT desde el Complejo de Lanzamiento 40 en la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, Florida. La carga útil alcanzó su órbita designada durante las primeras horas del 24 de octubre GMT, culminando una misión que resalta la creciente dependencia estratégica de un acceso espacial ágil y comercial para la infraestructura de seguridad nacional.
Este logro operacional representó la misión número 139 de SpaceX en el año 2025, estableciendo un nuevo récord histórico de lanzamientos anuales para la compañía. Un aspecto técnico fundamental de esta operación fue que el propulsor de la primera etapa voló en una configuración desechable, lo que implica que no se intentó su recuperación. Esta excepción al protocolo habitual de reutilización se justificó por los requisitos de rendimiento específicos y exigentes necesarios para inyectar al Spainsat NG-2 en su órbita precisa. Para esta trayectoria en particular, se priorizó la garantía de la misión por encima del rescate del propulsor. Cabe destacar que este cohete específico ya había completado 21 vuelos anteriores.
El satélite Spainsat NG-2 constituye el segundo elemento de una sólida constelación de doble capa. Su predecesor, el primer satélite Spainsat NG, fue desplegado con éxito en enero de 2025. Este programa NG, gestionado por la empresa española Hisdesat, tiene como objetivo sustituir activos obsoletos, proporcionando una mejora radical en las capacidades. La nueva generación ofrece dieciséis veces la capacidad anterior en las bandas militares X y Ka, además de incorporar una nueva carga útil en la banda UHF. Esto se traduce en una capacidad de transferencia de datos significativamente mayor y en cruciales capacidades anti-interferencias, esenciales en el entorno moderno de la guerra electrónica. Mientras que el satélite NG-1 se encuentra operativo en la posición de 30 grados Oeste, el recién lanzado NG-2 se ubicará en la posición de 29 grados Este. Ambos están diseñados para una vida útil nominal de aproximadamente 15 años.
Esta colaboración comercial refuerza directamente las capacidades soberanas de una nación aliada para garantizar un mando y control seguros en todos sus teatros de operaciones. El desarrollo de estos activos militares de nueva generación contó también con la participación de la Agencia Espacial Europea (ESA), lo que subraya un enfoque unificado en la arquitectura de seguridad espacial europea. La secuencia completa del lanzamiento, desde la determinación de utilizar el propulsor de forma desechable hasta la inserción orbital definitiva, es un testimonio del compromiso con el éxito de la misión, impulsado por las complejas exigencias de las comunicaciones de defensa contemporáneas.