El avión de investigación supersónico silencioso X-59 de la NASA ha culminado con éxito sus pruebas en tierra en las instalaciones de Lockheed Martin's Skunk Works en Palmdale, California, el pasado 18 de julio de 2025. Estos ensayos, que siguieron a las pruebas de rodaje a baja velocidad realizadas previamente en julio, representan avances cruciales en el desarrollo de esta aeronave pionera.
El X-59 es una pieza central de la misión Quesst de la NASA, cuyo objetivo es demostrar que el vuelo supersónico puede lograrse con un sonido reducido, un suave "tumbo" en lugar del disruptivo estruendo sónico. Esta tecnología innovadora está destinada a guiar la creación de futuras regulaciones para vuelos supersónicos comerciales sobre tierra. El diseño del X-59 incorpora un fuselaje alargado y una configuración de nariz única, diseñados para minimizar la formación de ondas de choque y, consecuentemente, el ruido. Para abordar las limitaciones de visibilidad del piloto, la cabina está equipada con un avanzado sistema de visión que se basa en cámaras externas, permitiendo una percepción clara del entorno.
Históricamente, el vuelo supersónico civil sobre territorio estadounidense ha estado restringido desde 1973, una prohibición que surgió como respuesta a la preocupación pública por los estruendos sónicos. La era del Concorde, aunque un hito en la aviación, también enfrentó desafíos regulatorios y de aceptación pública debido a su considerable ruido. El X-59, diseñado para generar un nivel de sonido de aproximadamente 75 decibelios de nivel de percepción efectiva (EPNdB), significativamente más bajo que el Concorde (que rondaba los 100-110 dB), aspira a redefinir el panorama de la aviación supersónica.
Los datos que se recopilarán durante la misión Quesst serán compartidos con reguladores nacionales e internacionales para facilitar el establecimiento de nuevos umbrales de ruido basados en evidencia, abriendo así la puerta a la posibilidad de viajes supersónicos comerciales sobre tierra. La misión Quesst, una colaboración entre la NASA y Lockheed Martin, se enfoca en validar esta tecnología transformadora. Tras su primer vuelo, programado para finales de este año, el X-59 realizará vuelos sobre diversas comunidades en Estados Unidos para recopilar datos sobre la percepción pública del sonido que genera. Esta información es fundamental para que los reguladores puedan definir estándares de ruido más precisos.
El éxito de este proyecto podría inaugurar una nueva era en la movilidad aérea, con la promesa de reducir drásticamente los tiempos de viaje, como la posibilidad de acortar a la mitad los trayectos transatlánticos, y de crear un mercado global para los fabricantes de aeronaves. Es importante destacar que el X-59 no es un prototipo de producción, sino un demostrador tecnológico cuyas innovaciones sentarán las bases para futuras aeronaves supersónicas silenciosas. Actualmente, el X-59 se encuentra en las etapas finales de sus pruebas en tierra, incluyendo ensayos de rodaje a media y alta velocidad. Estos preparativos son esenciales para garantizar la aeronavegabilidad y la seguridad de la aeronave antes de su esperado primer vuelo. La NASA y Lockheed Martin están dedicados a este meticuloso proceso, sentando las bases para una nueva era de movilidad aérea más rápida y accesible.