La misión Pandora de la NASA se prepara para desentrañar los secretos de las atmósferas de exoplanetas

Editado por: Tetiana Martynovska 17

La misión Pandora de la NASA está en camino para su lanzamiento previsto en otoño de 2025, marcando un avance significativo en la exploración de mundos más allá de nuestro sistema solar. Este satélite de menor escala está diseñado para estudiar las atmósferas de exoplanetas y la actividad de sus estrellas anfitrionas mediante observaciones detalladas y de larga duración en múltiples longitudes de onda.

El objetivo principal de Pandora es observar al menos 20 exoplanetas conocidos, abarcando un rango de tamaños desde la Tierra hasta Júpiter. Estas observaciones se realizarán junto con sus estrellas anfitrionas, que son principalmente de tipos espectrales K y M. Cada exoplaneta será observado diez veces a lo largo de un período de un año, con cada observación extendiéndose durante 24 horas. Este enfoque de "mirar fijamente" es crucial para desentrañar las complejas señales de las atmósferas planetarias, separándolas de la variabilidad inherente de las estrellas anfitrionas.

La misión complementará los esfuerzos de telescopios más potentes como el Telescopio Espacial James Webb (JWST). Mientras que el JWST es una herramienta poderosa, su alta demanda significa que está muy sobre suscrito, con astrónomos solicitando miles de horas de observación. Pandora abordará esta limitación centrándose en observaciones de larga duración que el JWST no puede acomodar fácilmente. Al hacerlo, Pandora ayudará a refinar los modelos de exoplanetas y a mejorar nuestra comprensión de su formación, evolución y potencial habitabilidad.

La nave espacial de Pandora, que alberga los sistemas esenciales de la misión, completó su construcción en enero de 2025, manteniendo a la misión en su cronograma. Este proyecto es una colaboración entre el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore y otras instituciones. Forma parte del programa Astrophysics Pioneers de la NASA, que apoya misiones más pequeñas y rentables para avanzar en la investigación astrofísica.

Las estrellas de tipo K, a las que se dirige Pandora, son de particular interés para la búsqueda de vida extraterrestre debido a su estabilidad y larga vida útil, que pueden extenderse hasta 70 mil millones de años. Su mayor calor en comparación con las estrellas de tipo M también significa que sus zonas habitables son más amplias, lo que aumenta las posibilidades de encontrar planetas con condiciones propicias para la vida. La capacidad de Pandora para analizar la presencia de vapor de agua, la composición de las nubes y las condiciones atmosféricas es fundamental en esta búsqueda.

Las observaciones de Pandora se espera que proporcionen datos complementarios a los de otras misiones de la NASA, mejorando nuestra comprensión de las atmósferas de exoplanetas y el potencial de habitabilidad más allá de nuestro sistema solar. La misión busca desentrañar las señales de las estrellas y las atmósferas planetarias, una tarea que ha sido un desafío para la astronomía. Al obtener datos simultáneos en múltiples bandas de luz, Pandora permitirá una caracterización más fiable de las atmósferas de exoplanetas, abordando un problema clave en la búsqueda de mundos habitables.

Fuentes

  • SpaceDaily

  • NASA Science

  • NASA

  • Forbes

  • NASA Science

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