La grabación se realizó en la orilla de Brooklyn — entre hierbas y juncos — durante una demostración en vivo de biosonificación.
La Música Recuerda Nuestro Vínculo: La Sinfonía Secreta de las Plantas
Autor: Inna Horoshkina One
En el año 2025, una idea conceptual se materializó en un lanzamiento musical concreto. El proyecto The Secret Symphony of Plants, desarrollado en el parque artístico Artpark (ubicado en el estado de Nueva York), se erigió como un claro ejemplo de la convergencia sonora entre la ciencia y el arte.
Escucha el sonido que producen las plantas estresadas.
Un equipo compuesto por artistas e investigadores instaló electrodos en la vegetación del parque. Su objetivo era registrar las variaciones bioeléctricas microscópicas que surgían como respuesta a estímulos como la luz, la temperatura o el contacto físico. Estos datos biológicos se tradujeron a formato MIDI, con los cuales trabajaron compositores destacados, incluyendo a Kaitlyn Aurelia Smith y al director de orquesta Brent Chancellor.
PlantWave es una verdadera biosonificación: el dispositivo lee los microseñales de la actividad eléctrica de una planta y las convierte en tono.
El resultado fue el álbum The Secret Symphony of Plants, cuyo estreno oficial se programó para el 17 de octubre de 2025. Es crucial destacar que esta obra no es simplemente música inspirada en la naturaleza, sino música que, literalmente, nació en conjunto con la naturaleza.
Waltz of the Flowers | George Balanchine's The Nutcracker® | Marquee TV
Es fundamental comprender que los compositores no forzaron la planta a adaptarse a su visión artística. Más bien, interpretaron sus datos como si fueran los de un coautor. En ciertas secciones, la planta actuaba como un generador de ritmos suaves; en otras, introducía giros melódicos impredecibles; y en ocasiones, modificaba la densidad textural sonora al percibir cambios en su entorno inmediato.
Este álbum, si bien no pretende ser una prueba irrefutable del «intelecto vegetal» en el sentido tradicional, sí ofrece una demostración elocuente de algo diferente: podemos establecer un diálogo donde la naturaleza deja de ser un mero telón de fondo para convertirse en una colaboradora activa.
Aquí se hace evidente por qué tantas personas comparten la misma intuición: «Al estar en la naturaleza, finalmente puedo respirar». En el entorno urbano, nuestra existencia se rige por ritmos fragmentados: cambios abruptos de tareas, la luz constante de las pantallas y el ruido ambiental de tráfico y noticias. Esto también genera música, pero con una partitura sumamente errática.
La naturaleza opera bajo principios distintos. Se rige por ciclos lentos y constantes:
El ciclo inmutable del día y la noche,
Las mareas que suben y bajan,
La alternancia entre el viento y la calma profunda,
El retorno predecible de cada estación.
Cuando nos situamos cerca de árboles, tierra o agua, nuestro organismo realiza aquello para lo que está diseñado: autorregularse. La tensión se disipa gradualmente, la concentración se agudiza y la respiración se normaliza.
Solemos etiquetar esto como «descansar» o «recargar energías». Sin embargo, en esencia, es un proceso de sincronización: nuestros ritmos internos entran en resonancia con los externos. La energía que antes se gastaba en luchar contra el ruido de fondo, de pronto, comienza a nutrirnos.
Lo que realmente aporta la biosonificación
Las plantas no emiten sonidos al modo humano, pero la vida (tanto la suya como la nuestra) se basa en un elemento común: el ritmo.
Imaginemos que la planta posee su propio pulso interno de transformación: el agua fluye, los iones se intercambian, los tejidos responden al calor y al tacto. Al colocar sensores, traducimos estas microseñales en audio. Esto no sucede porque la planta esté «cantando», sino porque hemos aprendido a hacer audibles sus procesos internos.
Esto es la biosonificación: no es reemplazar la ciencia por la magia, sino utilizar el sonido como una herramienta de observación. Y aquí es donde se revela la sabiduría del proyecto. La biosonificación se manifiesta no como un juguete exótico, sino como un gesto profundamente perspicaz.
Su valor reside en que:
Recuerda que la planta es un proceso dinámico, no un objeto estático en el alféizar;
Transforma cambios imperceptibles en una forma que el cerebro y el corazón humanos pueden procesar: el sonido;
Ofrece una experiencia tangible de unidad, más allá de la mera teoría.
En ese instante, la pregunta «¿De verdad siente algo la planta?» pierde relevancia. Surge una interrogante más profunda: «¿Estoy dispuesto a aceptar que la vida que me rodea no es un mero escenario, sino una co-armonía?»
Las plantas mantienen el compás del planeta con su estructura: raíces, copas, clorofila y su crecimiento lento pero constante. Nosotros recordamos ese ritmo con el corazón al sentirnos bien simplemente sentados bajo un árbol o caminando por un sendero sin auriculares. Tecnologías como PlantWave o proyectos como The Secret Symphony of Plants simplemente hacen audible ese puente: formas distintas, pero un solo resonar.
Un estudio publicado en eLife en 2025 añadió una capa fáctica adicional a este tema: se descubrió que las polillas hembra utilizan chasquidos ultrasónicos emitidos por plantas deshidratadas para decidir dónde depositar sus huevos. En el experimento, las polillas favorecían el lado donde se reproducían grabaciones de «sonidos de planta secándose». Sin embargo, cuando se introducían plantas vivas, la preferencia se inclinaba hacia las más silenciosas (es decir, las más sanas e hidratadas). Además, cuando a las hembras se les privaba del oído, la preferencia desaparecía, confirmando que la decisión se basaba en la señal acústica. Los autores lo catalogan como una de las primeras evidencias sólidas de interacción acústica entre planta e insecto: la naturaleza ya se comunica con sonido, aunque a menudo esté fuera de nuestro espectro audible.
El aporte al sonido global
A decir verdad, no hemos inventado nada nuevo para la Tierra. Las plantas siempre han vivido en campos eléctricos, intercambiando señales y reaccionando a vibraciones atmosféricas y del suelo. Lo novedoso aquí es nuestra propia reevaluación de estos procesos.
Quizás esto se percibe mejor en la música que nos acompaña desde la infancia: el «Danza de las Flores» de Chaikovski. Aunque no contiene ni una sola flor real, encapsula la esencia de un jardín: el movimiento circular, la apertura suave, la luz, la respiración, el cambio del viento y el motivo recurrente, como una estación. Parece que el compositor no inventó esta música, sino que recordó el lenguaje de la naturaleza y lo tradujo cuidadosamente a notación musical.
Los maestros clásicos solían afirmar que la música comienza donde las palabras ya no son suficientes. Hoy vemos una continuación: la vida resuena donde dejamos de escucharnos solo a nosotros mismos.
Aprender a escuchar otras formas de vida —plantas, el océano, el silencio entre latidos del corazón— es la verdadera alquimia, donde la ciencia, el arte y la espiritualidad dejan de confrontarse para unirse en un solo método: reconocer que el mundo circundante no está mudo. Solo necesitamos dar un paso al encuentro, y obtendremos respuesta.
Reconocemos, por primera vez a gran escala, que:
La vida a nuestro alrededor no es un mero decorado, sino una red de interacciones y diálogos;
La música no es solo lo que los humanos componen, sino aquello en lo que los sistemas vivos pueden convertirse si aprendemos a escucharlos;
Nuestra misión no es «humanizar todo», sino expandir nuestra propia sensibilidad hacia lo vivo.
La música nos recuerda quiénes somos en el momento en que dejamos de ver el mundo dividido entre «nosotros» y «lo demás», y empezamos a percibir:
La hoja que altera su conductividad;
La planta que emite ultrasonidos por sed;
El bosque que respira luz y sombra;
La persona que finalmente silencia su ruido interno para notar todo esto.
Entonces, la afirmación «somos muchos, pero SOMOS UNO» deja de ser una imagen bonita. Se transforma en una realidad simple y serena: una vida unificada que se expresa a través de innumerables formas, y en cada una de ellas resuena el mismo, inconfundible, tono de resonancia.
Fuentes
Almassalha L. M. et al. Geometrically Encoded Positioning of Introns, Intergenic Segments, and Exons in the Human Genome. Advanced Science, 2025. DOI: 10.1002/advs.202509964
Khait I. et al. Sounds emitted by plants under stress are airborne and informative. Cell, 2023.
Merdan F., Akan O. B. An Acoustic Communication Model in Plants. arXiv, 29 Nov 2025 (arXiv:2512.01096).
PlantWave (официальное описание технологии). Принцип: измерение электрических изменений растения → график “волны” → перевод в pitch/ноты в реальном времени (без лупов и заготовок).
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