El reconocido chef Manu Feildel ha compartido su método infalible para lograr un huevo frito con una textura crujiente en los bordes y una yema líquida y sedosa. Su enfoque, detallado en un popular video, se centra en la obtención de la perfección en la preparación de huevos a la plancha, también conocidos como "sunny-side up".
La clave de esta técnica reside en el uso de una sartén de hierro fundido calentada a fuego medio con una combinación de aceite y mantequilla. Una vez que la sartén alcanza la temperatura adecuada, los huevos se cascan cuidadosamente en ella y se sazonan al gusto. La manipulación sutil de las claras es esencial para asegurar que se cocinen uniformemente y adquieran esa deseada consistencia firme, mientras que la yema permanece intacta y vibrante.
Este método ha generado un considerable debate en línea, abriendo conversaciones sobre las diversas preferencias personales en la preparación de huevos. La propuesta de Feildel ofrece una guía clara y accesible para quienes aspiran a replicar la calidad de un huevo frito de restaurante en la comodidad de su hogar. La simplicidad y efectividad de su técnica la convierten en un recurso valioso para mejorar las habilidades culinarias básicas.
La popularidad de los huevos fritos trasciende fronteras, siendo un alimento básico en diversas culturas culinarias. En España, por ejemplo, el huevo frito es un componente esencial de platos tradicionales como los huevos rotos o como acompañamiento de carnes y pescados, donde la calidad de la fritura es tan importante como la del ingrediente principal. La técnica de Feildel, al priorizar la textura y la integridad de la yema, se alinea con la apreciación de la calidad de los ingredientes y la maestría en la cocción que caracteriza a la alta cocina.
Además, estudios sobre la ciencia de los alimentos sugieren que el uso de grasas como la mantequilla y el aceite a temperaturas controladas no solo mejora el sabor, sino que también influye en la textura final de las proteínas del huevo, permitiendo esa delicada transición entre la clara cocida y la yema líquida. La elección de una sartén de hierro fundido, como propone Feildel, es también un factor crucial, ya que su capacidad para retener y distribuir el calor de manera uniforme es fundamental para evitar puntos calientes que puedan quemar el huevo o cocinarlo de forma desigual. Este tipo de sartén, apreciada por chefs profesionales, permite un control preciso de la temperatura, facilitando la consecución de resultados consistentes y de alta calidad, dignos de cualquier establecimiento gastronómico.