La congelación es una forma conveniente de conservar los alimentos, pero algunos alimentos sufren cambios indeseables que afectan su textura y calidad. Saber qué alimentos evitar congelar puede evitarle decepciones.
Verduras de hoja verde y hierbas
Las verduras de hoja verde crudas como las espinacas, la col rizada y las hierbas frescas como el perejil, el cilantro, la albahaca, la menta y el eneldo no se congelan bien. Se vuelven blandas y se oxidan rápidamente después de descongelarse. Sin embargo, escaldarlas o congelarlas en aceite puede ayudar a conservarlas para usarlas en sopas o batidos.
Verduras con alto contenido de agua
Las verduras con alto contenido de agua, como los tomates, los pepinos y la sandía, pierden su textura y se vuelven blandas y acuosas después de descongelarse. Si bien no son ideales para comer frescos, se pueden usar en salsas o batidos.
Huevos
El USDA desaconseja congelar los huevos en su cáscara. La yema se vuelve espesa y almibarada, lo que resulta en una consistencia desagradable. Es mejor cascar los huevos y congelar las claras y las yemas por separado.
Quesos blandos
Los quesos blandos con alto contenido de agua, como la ricotta o el brie, son propensos a la separación y la pérdida de textura al congelarse. Los quesos duros como el parmesano o el gouda se congelan mejor, pero pueden volverse desmenuzables.
Productos lácteos
Los productos lácteos como la crema agria, la mayonesa y el requesón deben evitarse para la congelación debido a la posible separación. La leche o la crema para café se pueden congelar, pero puede ocurrir separación; se recomienda descongelar en el refrigerador y mezclar bien.
Alimentos fritos
Los alimentos fritos, como las papas fritas, no recuperan su crocancia después de la congelación y deben consumirse inmediatamente después de freírse.