Drones de Carga Llevan Alimentos a Familias Aisladas por Inundaciones en Santo Domingo Norte

La respuesta a los recientes eventos climáticos en la República Dominicana ha destacado un avance significativo en la asistencia humanitaria, utilizando la tecnología como herramienta clave para el bienestar colectivo. Específicamente en la comunidad de La Ceiba, dentro del municipio de Santo Domingo Norte, el desborde del río Cabón dejó incomunicadas a 42 familias, creando un acceso imposible para los métodos de ayuda tradicionales.

Ante esta situación crítica, se implementó una solución innovadora: la distribución de víveres mediante aeronaves no tripuladas. Esta operación fue coordinada por el Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad (911) en conjunto con la Dirección de Asistencia Social y Alimentación Comunitaria (DASAC), demostrando ser un medio rápido y seguro para entregar el sustento necesario. El personal técnico del 911 manejó los drones de carga, los cuales poseen la capacidad de transportar hasta 60 libras por vuelo, sorteando eficazmente las dificultades impuestas por el terreno anegado.

Este despliegue se produce en el contexto de los esfuerzos gubernamentales tras el paso de la tormenta tropical Melissa, que provocó fuertes lluvias y resultó en la evacuación de miles de personas y la interrupción de servicios básicos. El presidente Luis Abinader supervisó el empaque de miles de raciones destinadas a los damnificados, las cuales contenían productos esenciales como arroz, aceite, azúcar, leche y habichuelas, reafirmando el compromiso de la administración con la atención prioritaria.

Además de los kits de alimentos secos, se organizó la entrega de comidas preparadas a través de los Comedores Económicos y el suministro de artículos de primera necesidad, incluyendo frazadas y mosquiteros. La presencia de figuras como Edgar Augusto Féliz Méndez, director de la DASAC, y Miguel Saviñón, alcalde de La Victoria, durante el operativo, subrayó la articulación interinstitucional necesaria para enfrentar estos desafíos. El uso de estos medios aéreos minimiza el riesgo para el personal de rescate y asegura la celeridad en la llegada de la ayuda, marcando un precedente en la aplicación de la robótica para la solidaridad comunitaria en la región.