El conglomerado francés Kering, matriz de casas de moda de renombre mundial como Gucci, Balenciaga e Yves Saint Laurent, ha hecho pública una trascendental decisión estratégica orientada a la reestructuración de su cartera de negocios. El grupo ha llegado a un acuerdo definitivo para la desinversión de su división de productos de belleza, la cual será adquirida por la gigante L'Oréal. La operación financiera está valorada en 4 mil millones de euros, una cifra que equivale a 4.66 mil millones de dólares, y se liquidará en su totalidad mediante pago en efectivo. Este movimiento de alto calibre fue impulsado y orquestado bajo la nueva dirección ejecutiva de Luca De Meo, quien asumió el cargo de director general en septiembre de 2025, sucediendo a François-Henri Pinault.
Esta maniobra económica resulta fundamental ya que persigue dos objetivos primordiales para la salud financiera y el enfoque estratégico de Kering. En primer lugar, la venta busca una reducción sustancial de la carga de endeudamiento del grupo. Según datos reportados, la deuda neta de Kering ascendía a 9.5 mil millones de euros al cierre de junio de 2025, a lo que se sumaban 6 mil millones de euros en obligaciones derivadas de contratos de arrendamiento a largo plazo. En segundo lugar, la desinversión permite a la compañía concentrar la totalidad de sus recursos y su atención estratégica en la consolidación de su posición dentro de su segmento principal: la alta costura y el lujo. Esta reorientación es especialmente crucial en el contexto de la desaceleración de las ventas que ha experimentado su activo clave, Gucci, particularmente en el mercado chino, de vital importancia.
Para L'Oréal, que ostenta el liderazgo global en la industria de la belleza, esta adquisición marca la transacción más grande de su historia corporativa, significando una expansión monumental en el sector de las fragancias y cosméticos de lujo. El pacto incluye la transferencia a L'Oréal de la prestigiosa marca de perfumes Creed, la cual Kering había adquirido previamente en 2023 por una suma de cuatro mil millones de euros. Adicionalmente, L'Oréal se asegura licencias exclusivas por un periodo de 50 años para el desarrollo y la distribución de productos de perfumería y cosmética bajo el paraguas de marcas icónicas de Kering, entre las que se encuentran Gucci, Bottega Veneta y Balenciaga.
A cambio de la cesión de estas licencias de prestigio, Kering percibirá ingresos por concepto de regalías por el uso continuado de estas marcas, asegurándose así una fuente de ingresos estable a largo plazo. Se espera que la formalización y el cierre definitivo de este proceso de reestructuración de gran envergadura tengan lugar durante la primera mitad del año 2026. Este movimiento táctico demuestra la clara intención de la nueva cúpula directiva de Kering de ganar mayor flexibilidad operativa y definir un vector de desarrollo más nítido, liberando capital interno para potenciar su maestría en las áreas que tradicionalmente han sido fortalezas indiscutibles de la marca.