Una significativa eyección de masa coronal (EMC) impactó la magnetosfera de la Tierra el 1 de junio de 2025, resultando en una severa tormenta geomagnética de clase G4. La EMC, que consiste en una gran expulsión de plasma y campo magnético de la corona solar, fue provocada por una poderosa llamarada solar de clase M8.2 de la mancha solar AR4100 el 31 de mayo de 2025.
La tormenta, monitoreada de cerca por agencias como la Agencia Espacial Europea, causó perturbaciones geomagnéticas inmediatas. Estas perturbaciones tienen el potencial de interrumpir las redes eléctricas de alta latitud y las comunicaciones de radio de alta frecuencia. Los sistemas de navegación por satélite, como el GPS, también pueden experimentar errores de sincronización.
Las tormentas geomagnéticas surgen de la interacción entre el viento solar y la magnetosfera de la Tierra. La gravedad de la tormenta depende de la fuerza y la orientación del campo magnético de la EMC. En condiciones favorables, las auroras podrían ser visibles en latitudes más bajas de lo habitual. Si bien no se espera que supere la intensidad de la tormenta de mayo de 2024, este evento sigue siendo uno de los más significativos del ciclo solar actual. Los pronosticadores predicen que los niveles de la tormenta probablemente disminuirán para el 3 de junio de 2025, disminuyendo potencialmente a niveles G1-G2 (Menor-Moderado).