Nuevas perspectivas sobre la distribución de los alces: impacto climático y humano

Editado por: Vera Mo

Una reciente investigación realizada por un equipo internacional dirigido por la Dra. Magdalena Niedziałkowska del Instituto de Investigación de Mamíferos en Białowieża revela hallazgos significativos sobre la distribución de los alces (Alces alces) en Eurasia durante los últimos 50,000 años. El estudio, publicado en la revista Science of the Total Environment, indica que la temperatura de julio es el factor climático más crítico que afecta la distribución de los alces.

Los investigadores analizaron las condiciones ambientales en 655 ubicaciones donde los alces estaban presentes desde el Pleistoceno tardío hasta el presente. Descubrieron que en más del 90% de estas ubicaciones, la temperatura media en el mes más cálido no superaba los 19°C. Este umbral de temperatura parece ser vital para la preferencia de hábitat de la especie.

Además, el estudio destaca diferencias notables entre las poblaciones de alces europeos y asiáticos. Los alces europeos tienden a habitar regiones con climas más suaves y mayor productividad, a menudo prefiriendo áreas boscosas en comparación con sus contrapartes asiáticas. Estos hallazgos están respaldados por diferencias genéticas y morfológicas documentadas previamente entre los dos grupos.

La investigación también identificó áreas en Eurasia donde los alces sobrevivieron durante el Último Máximo Glacial. A medida que el clima se calentaba durante el Holoceno, los alces recolonizaron rápidamente vastas áreas de Europa y Asia, especialmente en las regiones del norte. Sin embargo, a diferencia de otros mamíferos, los alces se extinguieron en sus refugios glaciares del sur.

En los últimos miles de años, los alces han desaparecido de Europa occidental, encontrándose ahora principalmente en las partes norte, central y oriental del continente. El estudio indica que el declive de las poblaciones de alces en Europa occidental está más relacionado con la destrucción del hábitat y la actividad humana que con los cambios climáticos.

Curiosamente, a pesar de las condiciones ambientales desfavorables en el sur de Europa, la superficie total donde los alces podrían potencialmente prosperar ha aumentado desde el Holoceno temprano. La correlación entre la disminución de las poblaciones de alces y la reducción de las áreas boscosas sugiere que los cambios en el paisaje inducidos por el hombre desempeñan un papel significativo en la supervivencia de la especie.

Actualmente, las poblaciones de alces se están recuperando en Polonia, atribuida a un moratorio de caza establecido en 2001. Sin embargo, el futuro de la recolonización de los alces en Europa occidental sigue siendo incierto, especialmente con la fragmentación continua del hábitat y el cambio climático. El estudio enfatiza la necesidad de más investigaciones sobre cómo los factores bióticos, como patógenos y parásitos, pueden limitar las poblaciones de alces a medida que aumentan las temperaturas globales.

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