Una reciente investigación sobre el papel de los aerosoles que absorben luz ha revelado su influencia significativa en la formación de neblina invernal, iluminando sus interacciones complejas con los procesos atmosféricos. Realizada por un equipo liderado por el Prof. Li Guohui del Instituto de Medio Ambiente Terrestre de la Academia China de Ciencias, el estudio enfatiza los mecanismos duales a través de los cuales los aerosoles regulan el equilibrio térmico de la Tierra.
Publicada en los Proceedings of the National Academy of Sciences, la investigación utilizó un modelo de transferencia radiativa avanzado que integra una distribución de aerosoles de múltiples componentes con un transporte químico atmosférico regional, junto con datos observacionales. Este enfoque integral permitió a los investigadores evaluar cuantitativamente cómo los aerosoles que absorben luz interactúan con la radiación y la fotólisis, especialmente durante los meses de invierno.
El Prof. Li señaló: "Los hallazgos indican que estudios anteriores pueden haber sobreestimado el papel positivo de la absorción de luz por aerosoles en la formación de neblina." Esta revelación sugiere que, aunque los aerosoles contribuyen a la contaminación local, sus efectos pueden variar significativamente a gran escala.
El estudio encontró que los aerosoles que absorben luz crean un efecto de 'burbuja caliente' en la parte superior de la capa límite atmosférica, lo que lleva a tasas de calentamiento desiguales. Este fenómeno mejora el movimiento ascendente del aire en regiones contaminadas mientras promueve el movimiento descendente en áreas más limpias, lo que resulta en una disminución de las concentraciones de PM2.5.
Además, la presencia de estos aerosoles parece reducir la oxidación atmosférica, lo que a su vez suprime la generación de aerosoles secundarios. Estos hallazgos son fundamentales para refinar los modelos climáticos y desarrollar estrategias efectivas para reducir las emisiones de aerosoles y mejorar la calidad del aire.
Esta investigación, respaldada por colaboraciones con instituciones destacadas como la Universidad de Stanford y el California Institute of Technology, proporciona datos esenciales para comprender el papel intrincado de los aerosoles en el sistema climático y sus aplicaciones potenciales en la política ambiental.