Una investigación reciente ha revelado un sorprendente nivel de diversidad genética entre las poblaciones de cangrejo real de Alaska, lo que podría aumentar su resistencia ante cambios ambientales. Realizada por un equipo liderado por Wes Larson en el NOAA Alaska Fisheries Science Center, este estudio utilizó secuenciación del genoma completo, ofreciendo una vista completa de las variaciones genéticas en diferentes regiones.
La investigación reveló que las poblaciones de cangrejo real de Alaska son genéticamente más distintas de lo que se pensaba anteriormente, identificando de seis a siete poblaciones únicas, particularmente entre el Golfo de Alaska y las regiones de la Bahía de Bristol y las Islas Pribilof. Esta nueva comprensión desafía las hipótesis anteriores que agrupaban estas poblaciones en solo tres categorías.
Larson comentó: “Para entender el descenso de la biomasa de cangrejo y cómo recuperar las poblaciones, necesitamos comprender mejor la estructura poblacional y la adaptación local.” Los hallazgos indican que, a pesar del potencial de las corrientes oceánicas para mezclar larvas, estas poblaciones se han mantenido genéticamente aisladas, lo que genera preocupaciones sobre el impacto de la sobrepesca en estos grupos genéticos únicos.
Las implicaciones de esta investigación van más allá del interés académico. Al reconocer poblaciones genéticas distintas, la gestión pesquera puede adaptarse para preservar estos grupos únicos, asegurando cosechas sostenibles. Además, entender cómo las adaptaciones locales influyen en las respuestas al cambio climático es crucial para las estrategias de conservación a largo plazo. A medida que el Pacífico Norte se calienta, algunas poblaciones podrían adaptarse mejor que otras, destacando la importancia de la diversidad genética para enfrentar desafíos futuros.
Es notable que el estudio no encontró evidencia de una reducción de la diversidad genética en la población deprimida del Golfo de Alaska, lo que sugiere una salud genética robusta que podría facilitar los esfuerzos de recuperación. Esta base de diversidad genética es esencial para mantener la resiliencia de los cangrejos reales de Alaska ante las condiciones oceánicas cambiantes.