Nuevas Perspectivas sobre el Permafrost: Equilibrando Emisiones de Carbono y Cambio Climático

Investigaciones recientes han revelado hallazgos críticos sobre las regiones de permafrost del norte, que se están calentando a un ritmo alarmante, de dos a cuatro veces más rápido que el promedio global. Realizado por un equipo de 35 instituciones de investigación, este estudio proporciona el primer presupuesto completo de gases de efecto invernadero para el permafrost, revelando su doble papel como sumidero y fuente de carbono.

El permafrost, una capa de suelo congelado permanentemente, contiene más de un billón de toneladas de carbono—más del doble de la cantidad actualmente en la atmósfera. A medida que el cambio climático provoca el deshielo de estos paisajes congelados, liberan cantidades significativas de gases de efecto invernadero, incluyendo dióxido de carbono (CO₂), metano (CH₄) y óxido nitroso (N₂O). El estudio, que abarca los años 2000 a 2020, indica que, aunque el permafrost actúa como un sumidero de CO₂ pequeño a mediano, al mismo tiempo emite metano y óxido nitroso, complicando su impacto general en el calentamiento global.

Uno de los hallazgos clave del estudio es la aparición de un bucle de retroalimentación negativa carbono-clima, donde el aumento del crecimiento de plantas debido a temporadas de crecimiento más largas y mayor disponibilidad de nitrógeno permite una mayor acumulación de carbono. Sin embargo, la investigación también subraya los riesgos que representan los humedales y los incendios forestales en estas regiones, que son fuentes significativas de emisiones de metano.

Mirando hacia el futuro, el futuro de las emisiones de gases de efecto invernadero del permafrost sigue siendo incierto. Las tendencias actuales sugieren un aumento en las emisiones de metano, con eventos extremos como incendios forestales capaces de cambiar rápidamente el equilibrio de carbono de sumidero a fuente. Por ejemplo, los incendios forestales sin precedentes en Siberia y Canadá en 2021 y 2023 contribuyeron a casi mil millones de toneladas de emisiones de carbono, lo que podría anular el efecto de sumidero de carbono del permafrost.

Para mitigar estos riesgos, los investigadores enfatizan la urgente necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades humanas. Sin una acción decisiva, el deshielo del permafrost podría acelerar el cambio climático, creando un ciclo de retroalimentación de calentamiento y emisiones.

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